- ¡auch!-exclame cuando me cayó un pequeño zapato en la cabeza-¡Niño, no seas así!
-Daniela tonta, tonta, tonta-me dijo en respuesta canturreando y salió corriendo del sótano, no sin antes haberme sacado la lengua
¡Santo Cielo! Es un niño de ocho años apenas pero ya me está empezando a sacar canas verdes
- ¿Qué voy a hacer contigo, Wilber?-dije exasperada mientras volvía a mi labor de poner la ropa de Wilber en la lavadora y dejarme torturar un buen rato por mis recuerdos, justo lo que estaba haciendo antes de que me interrumpieran
Al ratito escuche como algo se quebraba, Salí corriendo hacia arriba ¿Qué habrá hecho esta vez? Cuando subí encontré a Wilber con todas las alfombras manchadas con el maquillaje de la patrona... aaaah sin olvidarnos, claro, del jarrón de porcelana que acababa de romper.
Apenas estaba recomponiéndome de lo que acababa de pasar, cuando la Jefa (mamá de este pequeño monstruo, y también la señora de la cual el ya mencionado niño había heredado lo insoportable) abrió la puerta de golpe, miro a su hijo, su alfombra y lo demás hasta reparar en mí.
Pude observar en cámara lenta como le iba cambiando el color del rostro, antes de gritar mi nombre y hacer que se escuchara hasta en el centro de la ciudad
¡Madre santa!
Bueno... ni tan santa que digamos...
Hoy me esperaba una buena regañada
Justo en ese momento me di cuenta que no venía sola, detrás de ella estaba un chico como de mi edad, tenía unos granses ojos azules y cabello castaño oscuro que caía sobre su frente sin tocarle los ojos. Estoy segura de que nunca lo había visto por aquí
-Daniela, ven para acá-me dijo el ogro... La jefecita adorada, dirigiéndose hacia el gran sofá que estaba en medio de la gigantesca sala.
-Si señora-dije y llegue hasta ella con la cabeza agachada, no sin antes observar al chico de los ojos azules subir al segundo piso con toda naturalidad sin que nadie se lo dijera.
-Niña tú sabes que hasta el día de hoy...-me empezó a sermonear la jefa-yo he sido paciente contigo por una sola razón: Mi esposo, el te acepto aquí, porque tu abuela fue como una segunda madre para el... bla bla bla, por eso es que soy tolerante contigo, pero no te confíes eh, que a veces siento que mi paciencia se está acabando ¡imagínate que te he dejado a cargo de Willy y ni eso puedes hacer bien! Y eso que, a cambio, te estoy ofreciendo un techo para dormir tranquila, los tres tiempos de comida ¡y todavía te estoy dando salario!-suspiro dramáticamente y después de una pausa agrego- no sé qué hacer contigo, niña, dime que crees que es lo que pensó Jonathan al entrar por esa puerta y ver la casa así-no se ni me importa-Hey y hablando de el quiero que me lo respetes eh, que él es de mucha más alta categoría que la tuya-¿habrá escuchado lo que pensé...? Uy aparte de ogro creo que es bruja también-... y una cosa más, que no se te ocurra, ni siquiera que se te pase por la cabeza alguna posibilidad con Jony, que yo misma me voy a encargar de que eso no suceda jamás ¿entendido?
Asentí
Y dicho esto se fue caminando elegantemente y con extrema delicadeza hacia el piso de arriba, cuando me asegure de que no iba a volver, solté el impulso que había tenido de rodar los ojos desde que la jefa había empezado a hablar.
- ¿Qué ha pasado, Dani?-me pregunto Laura al ver el estado en el que se encontraba la casa, una de las mucamas de la familia, esta joven, es como unos pocos años mayor yo.
-lo mismo de siempre, ese chiquillo se las empeña día y noche para hacerme la vida de cuadritos-conteste mientras recogía el desastre que había hecho Wilber
Laurea se inclinó a la par mía, poniéndose de cuclillas para ayudarme a recoger todo los pedacitos del jarrón que se habían regado por todas partes
-No, no, no-dije yo levantándola-déjelo, la patrona tiene razón esto es mi culpa, debería estar más al pendiente de ese niño, soy la única responsable, usted no tiene por qué ayudarme.
-No diga eso, señorita, usted no tiene la culpa de nada, a ese niño ni un ejército completo pudiera controlarlo, usted hace todo lo que puede siéntase libre de cualquier responsabilidad-y para lo siguiente bajo la voz demasiado-sin importar lo que diga la señora Castillo
-Sabe Laurita, tiene razón, pero por favor, permítame arreglar todo esto por mi cuenta ¿sí?
-está bien, me voy, pero ya sabe que yo estoy aquí, para cuando usted me necesite oiga.
-ah una cosa- dijr pensando en el nuevo huesped -¿usted sabe de algún familiar o conocido, talvez, que se llame Jonathan?
De primero me miro como que si no sabía de lo que le estaba hablando pero luego vi como un destello de reconocimiento se formaba en su mirada
-aaaaaaaaah usted se está refiriendo al Señor Jonathan, si lo conozco, es sobrino de la señora, ay pero es igual de insoportable que la familia claro sin involucrar al señor Castillo él es un ángel completo-asentí él era el único diferente de la familia-pero el joven aparte de eso es caprichoso y como lo han consentido sin medida ¡se cree el rey del mundo entero! Y por ahí escuche que se va a venir a quedarse en la casa por tiempo indefinido para continuar sus estudios aquí en la cuidad-me puso la mano en el hombro y siguió- tenga cuidado con él, señorita, sé que tiene sus encantos, pero no le aconsejo que se involucre con él, solo terminaría dañándose a usted misma
¿Yo? ¿Con él? ¡Qué estupidez!
Me deje caer en mi cama suspirando de frustración, yo duermo en la atico, es una de las tantas razones por las que me siento pura la cenicienta del hogar, se supone que yo soy parte de la familia, la única diferencia entre la cenicienta y yo es que ella no hizo nada para merecer lo que le estaba sucediendo en cambio yo... me merezco todo lo que me está pasando.
Me gire y me encontré con la fotografía donde estábamos mi abuela y yo abrazadas que está en la mesita a la par de la cama, la tome y con ella me subí al tejado.
El tiempo que viví con mi abuela ha sido mi mejor época, las demás no quiero ni recordarlas
-aay abue-dije suspirando con la vista fija en la estrella más hermosa que ha existido-como quisiera que estuvieras aquí, asi todo fuera súper diferente
-Siempre estaré contigo, Kimberly, para cuidarte y amarte como lo he hechohasta el día de hoy-se me vinieron esas palabras a mi mente, las palabras que me dijo en nuestra última conversación justamente el día de su muerte
-tengo miedo abuelita
-yo también linda, pero debes de ser fuerte ¿sí?-estaba hablando muy lento, me imagino que ha de ver sido una pesadilla de mil demonios estar hablando en esos momentos-perdóname-agrego después de una gran pausa-por haber criado a una tan mala madre, tan irresponsable, fría e indiferente hasta con su propia hija, perdóname por haber criado a alguien como Sofía, si no fuera así tú no te encontraras en esta situación y yo me iría tranquila, sabiendo que tú te quedas en buenas manos...
-no abuelita, tú no tienes la culpa-dije negando varias veces con la cabeza, ella empezó a acariciarme el cabello y luego me dijo
-Kimberly, ¿te puedo pedir un favor?
-claro, dime que es lo que quieres
-quisiera que siguas siendo la niña buena que has sido hasta este momento, no dejes que el rencor y el odio te agobien, tu eres una buena chica Kimy, no permitas que ni Sofía influya en ti de manera negativa, ¿me oyes?
Asentí
-debes de prometérmelo Kimberly-dijo con las pocas fuerzas que le quedaban
-te lo prometo
No puedo controlarme y empiezo a derramar lágrimas, el simple recuerdo de que le falle a mi abuela, de que no mantuve mi promesa me hace sentir como que si me clavaran un puñal en el pecho, aunque lo intente, intente mantenerme firme pero el odio fue más fuerte que mi voluntad
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Hasta la proxima :D
#ojosazules...
Los quiere Lili <3
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Siempre Has Sido Tú
RomanceKimberly Daniela, una joven que nunca tuvo unos buenos padres que estuvieran con ella para protegerla, para darle aquellos grandes sermones tipicos de los padres cuando quieren advertirte de algun peligro, en su caso su padre nunca la reconocio y su...