Capitulo 3

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Mas noche, ya cuando todos se habían acostado, yo, como de costumbre, me subí al tejado para hablar con Caroline, mi mejor amiga y confidente, la única a la que puedo contarle todo sin miedo a que me critique, la estrella más hermosa del cielo nocturno, la misma estrella que mi abuela y yo nos poníamos a observar durante largo rato, la representación de que esperanza aún existe en mi vida .

Esas son unas de las pocas ventajas de dormir en la ático: tienes tu propio balcón y además puedo subirme al techo cuantas veces quiera sin que nadie se dé cuenta

—Sabes—dije con la mirada en el cielo, me había recostado boca arriba sobre el tejado, era una anoche fría pero no me importaba. Tenía que hablar con Caroline—este noche mi corazón rebosa de alegría, Los señores Castillo me han permitido ir al instituto, me siento algo apenada por cómo me quebré frente al señor Castillo pero cuanto hace que no voy ¿un año? Lo bueno es que mientras estuve estudiando me adelantaron dos años por mi rendimiento y por eso no estoy tan atrasada, pero a pesar de esto me aterra un poquito regresar al instituto, sin saber qué es lo que me espera, pero prometo que le echare ganas, me esforzare aún más que antes, tengo que recuperar todo el tiempo que perdí mientras estuve con mis padres...—suspire solo de acordarme de eso me pone mal—y también es una oportunidad para recuperarme yo, porque no solo fue tiempo lo que perdí durante mi estadía con esos señores, quien quita que talvez encuentre una buena amiga...

Y así pase durante dos horas hablando con Caroline

—bueno—bostece—ya va siendo hora que me vaya a dormir, mañana tengo que seguir con mis deberes laborales cuidando a Wilber hasta que consigan a la nueva niñera.

Desperté por el ruido que estaba haciendo el Torogoz que venía frecuentemente a visitarme para picotear mi ventana, me estire. Hoy era un día soleado, fresco y se veía hermoso... pero también es el DIA, este que he estado esperando durante dos larguísimas semanas, Hoy iré al instituto.

Eso hizo que mis ánimos subieran un montón, salte de la cama me fui a lavar la cara en el baño que está en el piso de abajo, me mire al espejo y sin poder contener la emoción grite

—¡¡HOY ES EL DIA!!

Baje corriendo las escaleras y me fui directo a la cocina

—¡¡HOY ES EL DIA!! —volví a gritar cuando entre a la cocina, allí estaba Bernabé, la niña Silvita y Laura, quienes me miraban con diversión y mucha alegría

—Felicidades, señorita Martinez —me dijo Bernabé con una inclinación de cabeza

— ¡Qué alegría!—dijo Laura—solo espero que cuando termine su carrera y empiece a vestir con tacones altos, ropa carita y todo ese asunto no se vaya a olvidar de nosotros

— ¿Cómo puede decir eso? —dije fingiéndome ofendida—a ustedes, sea yo quien sea, siempre los mantendré en mi corazoncito

—aaaaaaaaaay señorita, me siento tan contenta por usted, nunca la había visto tan alegre, espero que Diosito me la cuide y que le ayude para cumplir todos sus sueños—dijo con todas las buenas intenciones del mundo, la niña Silvita

—lo mismo digo yo niña Silvita, lo mismo digo yo, pero bueno los dejo porque tengo que irme a alistar, no quiero llegar tarde mi primer día de instituto, los veo en la tarde

—Espere—oí que me gritaron cuando estaba saliendo—llévese esto, mamita linda—dijo la niña Silvita tendiéndome una bolsa de papel—sé que no es la gran cosa, pero se lo damos con mucho amor, esperando que de algo le sirva

NO, no vas a llorar Kimberly Daniela Martínez Torres, no lo harás

— ¿cómo va creer que esto es poca cosa? Si proviene de usted esto vale mucho, y no lo dude, eh

Siempre Has Sido TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora