Querida ex mejor amiga:
Estuve recordando el tiempo en que fuimos amigas. Y recordé cuando nombramos a nuestros futuros hijos, fueron nombres tan torpes y absurdos pero eso no evito que riéramos durante horas.
O cuando lloraste en el baño y fui la primera que acudió a consolarte.
¿Recuerdas cuando yo lloraba y me abrazabas? ¿O cuando fuimos a un concierto juntas y gritar hasta quedarnos afónicas?
Recuerdo tu risa y la manera en la que sonreías cuando decía algo gracioso. La manera en que te quedabas sin aire después de tanto reír.
Recuerdo cuando la gente me decía que hablabas mal de mi. Al principio no les creí, pero debo admitir que sembraron la duda en mi cabeza.
Seguí investigando y todo apuntaba a que era cierto, sin embargo no le di importancia, no te reclame.
¿Por que no lo hice? Porque te quería y no quería perderte. Bien dicen, que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ahora entiendo esa frase.
Aunque no te reclame, no voy a mentirte, empece a ser cautelosa alrededor de ti. Deje de contarte todo y sólo te contaba cosas sin importancia.
Quizás eso fue lo que te dolió, pero ex mejor amiga, ponte en mis zapatos.
¿Tienes idea de como me sentí yo? ¿De cómo me siento yo?
No creo que la tengas. Te perdone muchas cosas y la única vez que erré (si es que fue un error) me alejaste.
No voy a decir que no es doloroso porque en realidad lo es. Recordar es doloroso. Recordarte es doloroso.
Atte.
Alguien cansada de recordar.
