"Para mi"

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Llegamos a casa y Evan bajo todo lo que se había empacado de Daniel. Entramos a la casa y el no paraba de sonreír... Yo le mostré cada rincón del lugar, ¡ah! Y cuando vió su habitación, no lo podía creer, aun si había algo desperfecto, a el le encantaba, aunque, no podía encontrarle desperfectos a algo que había añorado con tantas fuerzas...

"Señorita Jane...." dijo sentado en su nueva cama, con una sonrisa y una miraba baja de forma nostálgica.

"Dime ¿que necesitas?" dije con amabilidad agachándose frente a él, con una sonrisa apacible y una mirada sentimental.

"¿Puedo llamarles... Mamá y Papá?" dijo levantando la cabeza para luego mirarme con los ojos cristalizados de lágrimas, manteniendo aun su sonrisa, notandose en el tantas emociones juntas, que hasta podía entender cómo se sentía.

"Claro que si... No tienes por que preguntar eso..." dije abrazándolo, nuevamente correspondió mi abrazo, y nuevamente lloró en mi pecho.

Todo como aquella vez, aquellos momentos en los que me enseñó a apreciar mi tiempo, al mismo tiempo que hizo que corriera, trató de quitar mi soledad con la suya sin siquiera darse cuenta, ese frío que se volvió calor... No creó que haya acción que yo pudiera hacer para agradecerle lo poco y a la vez lo mucho que hizo por mi, esto.... Era lo de menos.

En eso Evan entro a la habitación y nos encontró allí. "...Oye... Así no vas a aprovechar el tiempo Dan" decía acercándose con una sonrisa.

"E-Es que no puedo.... No lo sé... Solo... Lloro.... Y no sé por qué!" decía apartando su rostro y mirándolo.

"Es normal pequeño, solo estas emocionado..." dijo poniendo su mano en la cabeza del niño, mientras se agachaba a mi lado.

"....¡Papá!" exclamó para soltarse rápidamente y lanzarse hacia Evan, el hasta sin pensarlo sostuvo su pequeño cuerpo el cual se aferró a su pecho apretando las telas de su abrigo oscuro, sin embargo, aun no podía detener su propio llanto.

Evan lo sostuvo agarrándolo con delicadeza. El impulso que tuvo el pequeño para abrazarlo hizo que el chico cayera sentado en el suelo, y allí abrazándolo me miro sorprendido, para el todo esto era nuevo, le gritó 'Papá', y por primera vez lloró en si regazo buscando de su calor como padre.

Respondiendo a su sorprendida mirada yo sonreí al mismo tiempo que no podía evitar llorar también, sentía tanta emoción como el pequeño, pero las sequé y no derrame más para no alterarlo.

Evan bajo la vista y miró al niño el cual aun descansaba su rostro en su pecho, había dejado de llorar, de la nada se había quedado dormido. No era de extrañarse con toda la energía que gastó en todo el día.

Con cuidado tome a Daniel y con cuidado lo recosté sobre la cama, lo cubrí y dejamos que descansara. Ya cuando estábamos en la sala se escuchan toques de la puerta, yo fui a abrir, eran sus padres.

"Buenas tardes Jane" dijo amablemente la Sra Blake. Yo los recibí y los deje pasar, al parecer su padre a pesar de su enorme tamaño y su apariencia, era un hombre muy cariñoso, todo lo contrario a su perfil.

En fin... Hablamos un buen rato, las horas pasaron sin que lo notaramos, fue otro día largo... Pero no tan largo.
Fui a la habitación de Daniel a ver como estaba, tenía que estarlo supervisando, después de todo, hay que tener cuidado con él... Lo encontré despierto, estaba llorando en silencio.

"¿Dan? ¿Qué pasa?" dije acercándome a él, senté en ma cama a su lado y lo ayudé a sentarse.

"Nada... Tuve esas pesadillas de nuevo, pero no importa..." dice secándose las lágrimas.

"Ya veo... ¿Ya no tienes sueño?" le pregunté mientras le ayudaba a secar las lágrimas.

"No... Ya no" decía mirándome y recuperando algo de los ánimos.

"Que bueno, porque hay personas que quieren verte" dije amablemente poniendo una mano y acariciando su cabello.

"¿Enserio? ¿Quienes?" pregunto el pequeño con algo de curiosidad.

"Ya verás" dije para luego cargarlo con cuidado, Salí de la habitación con el luego da apagar la calefacción de la habitación y salí con el a la sala.

Allí estaban todos, al vernos entrar nós miraron, Evan sonrió y sus padres se emocionaron.

"Dan, ellos son tus abuelos" dijo mientras lo miraba estrujarse los ojos. El Sr y la Sra Blake se acercaron a saludarlo, el abrió los ojos y los miró, no tardo mucho en familiarizarse con ellos, al momento todos estaban sentados en el sofá mientras tenían una animada conversación con el pequeño.

"Abuelo ¡Eres muy grande!" decía sorprendido el pequeño sentado en la rodilla de este.

"¡Así es! Eso es porque cuido de mi mismo" decía coon orgullo, sin dudas era un hombre atlético.

"Oh..." decía mirandolo emocionado el pequeño quien tenía entre sus manos a su oso el cual casi nunca soltaba.

Al final Daniel paso el resto de la tarde y parte del anochecer escuchando las historias de su padre en su "juventud" como atleta, no era de extrañarse que no lo fuera...

También nos visitó Elene, vino también a conocer a Daniel y oportunamente llevo un pastel de chocolate, tal como le gustaba a Daniel y sorpresivamente también a Evan, fue una tarde divertida.

Cuando todos se fueron recogimos todo e hicimos la cena, Evan me hablo de que sus padres tomarían un avión y se irían mañana, así que iría a despedirlos al aeropuerto... Entre eso hablamos de cosas triviales los tres y así paso parte de la noche.

Cuando terminé todo lo que hacia falta, Fui un rato al cuarto de piano... Después de todo, tenía que seguirle dando seguimiento a mis terapias...

Narrador Externo.

El pequeño estaba en la sala viendo algo de televisión con su padre, cuando se escucha una melodía proveniente de la habitación del fondo.

"¿Uh? ¿Papá que es eso?" decía el niño percibiendo la melodía.

"Es tu madre tocando el piano" dijo mirándolo con una tenue sonrisa.

El pequeño bajó del sillón y corrió hacia el sonido, Evan lo siguió para cuidar que no se cayera, y juntos llegaron a la habitación donde Jane tocaba lejos de todo.

Lejos de todo, pero a la vez aferrada a ello....

"Yo Estoy Aquí, Ya No Mires Atrás"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora