Y no sabes cómo has llegado ahí. Miras a tu alrededor. Hay mucha gente aquí que ama matar y robar a personas inocentes. ¿Y tú? De pronto vas a ser lo mismo que ellos. Y hasta peor. Estas rodeada. Te sientes así. Y aunque nadie puede comprenderte, tienes una pequeña esperanza. Tienes un arma en la mano izquierda y otra de mejor calibre en la derecha. ¿Cómo has aprendido tan rápido? Sabes disparar sin errores y hasta se puede decir que ya sabes fumar bien. Y con lo que odiabas el humo… pero ahora parece imposible. Y lo entiendes. En este lugar, solo vale volverse cruel o irse para siempre, si es que antes no deseas morir o que te asesinen ellos mismos.
- Tienes quince minutos. – le indicó Joe. Valentina asintió escuchando sus palabras con suma atención. – te lo hemos dicho todo. Como funciona cada arma, lo que debes hacer, el horario de cada alarma y el de los trabajadores de aquí. – ella vuelve a asentir. Aun no tiene noción de lo que está a punto de hacer. Pero le gusta. De alguna manera, ama sentir el poder. Ya no es ella misma. Ya no lo es más. – buena suerte Peterson.
Valentina soltó un respiro. Baja la mirada. Debe esconder ese par de armas en ambos lados de la cazadora. Una por una. Logró meterlas y hacerlas parecer desapercibidas. Suspiró, mirándose en el retrovisor de la camioneta de Joe. Esta noche, su misión es otra… ella será la carnada.
Bajó del auto. Una pierna y luego la otra. Varios hombres por detrás, incluyendo a Joe, se la quedaron mirando. Aquella falda le apretaba el cu.lo y las caderas de una manera espectacular. Incluso le hacía unas piernas esplendidas. Se acomodó el cabello hacia atrás y caminó decidida hasta las puertas del banco Nacional de Paris. Y mientras lo hacía, recibía más y más miradas. Se abrió la cazadora un poco, dejando al descubierto un bonito escote que lucía sus senos juntos. Pudo divisar al tipo de seguridad. Algo mayor y calvo. También la había estado mirando, pero al notar que ella lo había notado, había volteado la mirada. Si Justin estuviera viendo esto… pensó… y sonrió al saber lo que hubiera hecho al verla así. Aunque él no lo supiera, todo esto, era por él.
- Hola. – saludó ella, últimamente había aprendido a manejar el francés. Al menos algunas palabras. El tipo de seguridad instaló sus ojos en el escote de ella, pero rápidamente se volvió a sus ojos.
- H…o…la… - saludó él. - ¿le… ayu…do?
Ella asintió. Sus ojos miraron los de él con suma presión. Haciendo que este empiece a tensarse.
- No soy de aquí… y no hablo mucho el idioma. – dijo entristecida.
- Oh… yo… yo… puedo ayudarle en lo que necesite. – respondió. – en lo que sea. – agregó. Valentina sonrió y bajó la mirada tímidamente.
- Muchas gracias ¿sabes? Tengo un problema… - abrió el bolso que traía y sacó un gran mapa que había adentro. – no tengo la menor idea de cómo llegar aquí… - señaló. Y se acercó un poco más. Tanto, que hasta pudo percibir el olor de aquel hombre. Nada deseable por cierto.
- ¿Aquí? – le preguntó él, guiándose por el dedo de ella. – ese es un hotel… - sonrió con las mejillas enrojecidas. Valentina le ponía muchísimo.
- Oh perdona. – se disculpó ella. – tal vez luego me puedas decir cómo encontrar un hotel por aquí, pero ahora busco otra cosa.
- Lo que tú quieras. – le sonrío una vez más.
Ella también lo hizo. Le indicó otro lugar en el mapa, y observó con disimulo los minutos que había tardado en convencer al tipo de seguridad. Perfecto. Diez minutos. Un record. Ahora era donde en realidad empezaba el trabajo.
- ¿Hay más como tú aquí? – preguntó Valentina, cambiando de tonalidad de voz completamente.
- ¿Qué?... – le preguntó el oficial ligeramente confundido.
- ¿Cuántos de seguridad hay a esta hora?
- No creo que pueda decir eso, nena.
Ella negó con la cabeza. Jo.der, odiaba esta parte.
- Odio hacer esto. – le confesó. Tiró el mapa al suelo y empujó a aquel hombre de más de setenta kilos al suelo. Este cayó totalmente sorprendido. Trató de buscar sus armas por entre los bolsillos de su pantalón, pero no tenía ninguna. Y es que ahora podía comprender, ella las tenía todas.
- Mi.erda… - se quejó el oficial.
- Te lo advertí, guapo.
Valentina dio un disparo hacia el techo. Varias personas gritaron y otras solo se cubrieron ellas mismas. Dio otro disparo, la señal que Joe y los otros necesitaban para entrar y saquear el banco nacional de Francia.
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●Tentation2● {Cancelada} {нσt - Justin Bieber}
Storie d'amore¿Estas preparada para esto? Todos los creditos a su autora @Skynothelimit