El Accidente Aéreo

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El accidente aéreo

Advertencia: Este fic contiene altos contenidos sexuales, si eres menor de edad, o eres muy sensible a este tipo de temas, te recomiendo que des la vuelta y busques otra historia más sana. Para todos aquellos morbosos a los que les gusta el lemmon, bienvenidos sean a este fic.

Lean bajo su propio riesgo.

Vi a mí alrededor sin nada mejor que hacer. A pesar de que el vuelo se había retrasado unas cuantas horas, no había mucha gente en la zona de embarque, por lo que me imaginé que Kanto no era un lugar muy turístico en estos días del año. Sentí un leve movimiento en mi hombro izquierdo, y no pude evitar sonreír. Ajena a todo lo que ocurría en la terminal, se encontraba una chica pelimiel profundamente dormida en mi hombro. Esa misma chica que salió de viaje de su casa, solo por devolverme un pañuelo. Esa misma chica que me acompaño, dándome ánimos en todo mi viaje durante la región de Kalos. Esa misma chica con un corazón de oro que tuve suerte de conocer en Kanto. Esa misma chica de la que pues... me enamoré.

No fue fácil aceptarlo, para nada, no fue una cosa que supe de un día para otro, paso con el tiempo, y al principio yo no sabía ni que era lo que sentía. Primero pensé que el extraño sentimiento era amor hacia la comida que ella hacía porque, ¿Qué iba a ser si no? Pero empecé a dudar seriamente de esto cuando me di cuenta que quería estar cerca de ella aunque no hubiera hecho ninguna comida. De ahí vinieron unos horrorosos días de frustración, en los que no sabía que pensar. Mi primera opción para preguntar fue a Clemont, aunque no tenía muchas esperanzas de que me diera una respuesta fiable, él me dijo que tal vez era una enfermedad temporal, y que podía usar una de sus máquinas para chequear mi estado de salud. Yo rechacé rápidamente la invitación, temiendo por mi integridad física y decidí preguntarle a mi madre. Ella me dijo que lo que sentía era un sentimiento especial por alguna personita y que tendría que averiguarlo por mí mismo. Eso solo sirvió para dejarme más confundido, si eso era posible. Al final, fue la pequeña y perspicaz Bonnie la que me dio una respuesta clara y concisa. "Ash, tu estas enamorado de Serena" Seguido de una enorme sonrisa y unos cuantos sonidos chillones de emoción. Al oír estas palabras, juro que casi me caigo por un súbito mareo.

Siempre había visto a Brock coquetear con las distintas enfermeras Joey o las oficiales Jenny, y esa era la concepción que yo tenía de "estar enamorado de alguien" que si no funcionaba, podía intentar con la siguiente y ya está. Nunca imaginé que estar enamorado significara sentirte destrozado con el simple hecho de imaginar a esa persona lejos de ti, con sentirte completamente vulnerable y estúpido por el simple hecho de estar cerca de ella, de fijarte en cosas cómo sus diferentes sonrisas, el tono de su voz, los cambios de emoción en su cara, y sobre todo, ser consciente del poder que tenía ella sobre mí. Y esa fue la razón por la que en ningún momento del resto del viaje me atreví a decirle mis sentimientos, por miedo a que me rechazara y ya no quisiera viajar conmigo. Bonnie me insinuó varias veces que tal vez Serena sentía lo mismo, y que era un tonto por no captar sus indirectas. Y es que eran muy sutiles, al menos para mí. Por más que intentaba ver cualquier rastro que me indicara que ella se sentía atraída por mí, no lograba ver ninguno. Desde mi punto de vista, ella simplemente estaba siendo amable con un amigo. A lo que a mí respectaba, así era ella con todos.

Por eso entre en pánico cuando note que nuestro viaje estaba a punto de terminar, y que tendría que separarme de ella. En un último acto desesperado, hice lo único que se me ocurrió. Invitarla a venir conmigo a Kanto durante un tiempo, he incluso invitarla a venir en mi próximo viaje. Juro que me sentí el hombre más feliz de la tierra cuando dijo que sí, con una hermosa sonrisa en su rostro. Y eso nos llevaba a nuestra situación actual, el vuelo se encontraba retrasado por tres horas, estaba lloviendo y Serena había caído profundamente dormida en mi hombro.

Varados En La IslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora