Fiesta

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Llegué a una fiesta muy amplia, debía de llevar un tiempo empezada, aunque la llegada de los invitados no cesaba.
Podía distinguirse mucho tipo de gente. Yo me dedicaba a observar, encontré a gente como yo, me acerqué a ella.
Me cayeron bien, aunque cada uno tenía sus problemas.
Algunos mentían, otros se cerraban, otros criticaban, no eran perfectos. Me hice a sus defectos, yo también los tengo, aunque a veces no se reconocerlos.
Un día estaba yo absorta en mi observación, cuando empezaron a observarme a mi, empezaron con pequeños experimentos.
Me sentía una cobaya, como apresada. No es un buen sentimiento, no eran cadenas reales, pero yo las sentía apretando por dentro.
Cada vez había más, y cuándo me liberaba de una, aparecían otras dos a su repuesto.
Llegó un día que dejé de luchar, todo me dejó de importar, yo seguía observando por un hueco pequeño, no quitaba los ojos de encima a lo que me importaba, eso me reconfortaba, de repente las cadenas dejaron de apretar, me sentía como flotando.
Ah no, eso fue mi imaginación, mi cerebro trasnformó la verdadera situación, las cadenas en realidad siguieron apretando, hasta un momento en el que el oxígeno no llegó, mi corazón no latía y por fin dejé atrás esta agonía.

Poemas De MadrugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora