Capitulo IV

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Mansión Hansen, Comedor

-Y bueno... ¿Qué tal tu viaje Lauren?- Era hora de la cena y la mesa se podía sentir una fuerte tensión entre las futuras líderes de su territorio. Dinah al ver esto quiso aligerar el ambiente lo mejor que pueda ya que, para ella, la hora de la comida debe ser de relajamiento.

-Mejor ni le preguntes Dinah, que de seguro te ladra en vez de responder.- Intervenía la castaña con notable fastidio mientras llevaba la cuchara a su boca.

-¿Y a ti quién te pregunto castaña? Hansen hablaba conmigo, no con estiradas.- dejaba bruscamente su cubierto en la mesa para responder, según ella, fastidiosa, insufrible y sobre todo creída princesa que ahora la miraba notablemente ofendida.

-Bueno, ya paren que así no van a llegar a ningún lado- intervenía de nueva cuenta la rubia que a pesar de todo conservaba la sonrisa.

-Es que ella empieza y ya van dos veces ¿no lo has notado?- Rebatía la pelinegra y la castaña se alzaba en su puesto.

-Bueno, no sería así si fueses una persona civilizada y que no piense solo en atacar a un pueblo inocente- de un momento a otro la pelea se hizo aún más personal por lo que se veía un desastre por venir.

-No hables sin saber castaña, aquí los únicos salvajes fueron ustedes- se levantaba amenazante y se acercaba peligrosamente hacia la otra chica que no parecía inmutarse ante la cercanía.

-¡Suficiente!- increíblemente la persona que intervino fue aquel muchacho escuálido que acompañaba a la princesa Camila y que hasta el momento solo miraba con recelo la escena.

-¡Vaya! Así que el mendigo habla- Lauren mira con diversión al muchacho que para ese momento ya se le había pasado el momento de valentía y ahora temblaba como perro nervioso.

-S-solo evito que lastime a mi princesa- intentaba sacar cara el pobre chico a pesar de que ya se hacía en los pantalones ante la mirada que le daba Lauren mientras se acercaba hacia él.

-No sé quién me has creído, ni tú ni tu princesa pero yo solo alzo mi mano contra alguien quien ha recurrido a la mano primero- Hablaba Lauren mientras se erguía orgullosa frente al muchacho que temblaba más que nunca.

Por otra parte la castaña la miraba sorprendida pero incrédula, aún no se tragaba el cuento de la princesa noble que pensaba que personificaba Lauren. Dinah sin embargo, sonreía realmente satisfecha con esa respuesta, ya que dejaba ver muy bien la personalidad de la pelinegra y daba pie a conocerla mejor. Para ella Lauren estaba colaborando inconscientemente o quizás no era tan así.

-Jauregui ya basta, vas hacer que el pobre muchacho se desmaye o peor... se haga en los pantalones- Comentaba con seria diversión la acompañante de la pelinegra mientras esta le devolvía una sonrisa.

Para más desgracia del chico,Dinah estalló en risas, contagiando a Lauren y un poco a Troy. Cuando regresó a ver a su princesa la encontró tapándose la boca y teniendo un serio problema para mantener su compostura cuando la risa pujaba por salir.

-Ejem...-Camila se aclaró la garganta y después de recobrar la compostura miró muy seriamente a las tres personas que se estaban riendo. -Ya fue suficiente humillación para mi escolta ¿podrían parar, por favor?-

-¡Wow! La princesita sabe decir por favor... me parece bien,Troy por favor, deja de humillar al pobre muchacho que harás que su ama se enoje-Comunicaba con sarcasmo logrando que Troy riera de nueva cuenta pero Dinah se calmara.

-Como ordenes- Y Troy en complicidad hacia una exagerada reverencia que terminó por enojar aún más a la castaña.

-Se me fue el apetito, gracias por la cena, me retiro- Y seguido de sus palabras se paró de su asiento bruscamente y se giró, dispuesta a retirarse.

El Amor En Tiempos De Guerra (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora