Me abre la puerta del coche e ingreso.
-¿A qué hora salís mañana?-pregunto una vez, se sienta al volante.
-A la tarde, tengo la noche entera, la mañana y el medio día sólo para vos, muñeca, bueno para ustedes-
Sonrío reconfortantemente.
-¿No estás enojado conmigo?-
Pone en marcha el coche para ir hacia el Hyatt, pero antes se coloca de costado, tomando ms manos entre las suyas...
-¿Por qué debería estarlo?-frunce el ceño.
-Por haberme despistado con la toma de los anticonceptivos...-
-Ya te dije... millones de hijos tendría con vos, no esperaba que ya, pero así tenía que ser y estoy feliz, de verdad, licy-se acerca y besa mi mejilla con adoración. Vuelve a su posición, pone primera y salimos a nuestro rumbo.
Por los altavoces, suena Ten Sharp "Tu", haciéndome volar a esa vez en su casa, en el sofá del living. Ambos tarareamos el tema de la canción, me la sé de memoria si la escuche quinientas millones de veces cuando estuve separada de él y lloraba y lloraba. Él estuvo, a cada segundo, siempre en mi mente.
En pocos minutos le entrega la llave al valet parking, lo cual llama mi atención, que señor maniático no haya querido estacionarlo él mismo. Al notar mi cara de asombro murmura...
-Acá no corre peligro-
Sonrío y casi me echo a reír. Él se mantiene serio, pasando su brazo por encima de mis hombros, me conduce por la entrada hacia interior del hotel.
En el ascensor, toma mi mano del anillo y la coloca en su pecho de lado de su acelerado corazón, me tiene aprisionada contra su cuerpo. Veo el deseo en su mirada ámbar, cada parte de mí se deshace de placer, quiero que me haga el amor hasta el amanecer sin parar, entonces como en general digo lo que pienso, murmuro...
-Quiero que me hagas el amor la noche entera-
Mordisquea mi cuello, huelo su olor tan cerca de mí, esa fragancia que me quedó grabada en mi memoria olfativa, me excita tanto...
-Todo lo que desees y más... ojitos-se vuelve verme a los ojos para luego levar sus labios a los míos y pasear su lengua por toda mi boca avivando mi necesidad de él, de nosotros entre las sabanas de su suite, o en su alfombra o en la ducha o... en cualquier lado es el ideal con mi acosador...
Caminamos hasta su habitación. Se para junto a la puerta lanzándome una mirada oscura.
-Ni bien pasemos está puerta, te desnudas por completo, si no querés que destroce ese vestido que tan precioso te queda-
Asiento al momento que coloca la tarjeta y la puerta se abre. Ni bien un portazo retumba en el ambiente, me coloco de espaldas a él...
-Me tenés que ayudar-le indico el cierre de mi vestido.
En segundos, la tela se desliza por mi cuerpo, quedándome solo con las sandalias y mi tanga traslucida color blanca, mis pechos son cubiertos por sus manos, los cubre por completo, da besos en mis hombros...
-Sabés que... adoro tu piel de porcelana y esas pecas repartidas por todo tu cuerpo, para volverme loco-
Ni lo pienso me doy la vuelta, al tiempo que él me levanta en sus brazos, me lleva hasta la mesa circular, donde él se pone con su notebook. Mi espalda caliente toca la fría madera, pero compensa con la temperatura de su cuerpo, lo envuelvo con mis piernas, entonces al notar que clavo mis tacones, murmuro contra su oído...
ESTÁS LEYENDO
Incesante Deseo, Para siempre mía, en cuerpo y alma...
RomanceContinuación de Incesante Deseo, la pasional historia de amor de Bastian y Alicia.