JAGUARETÉ AVÁ

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La leyenda cuenta que se trata de brujos que mediante el uso de un cuero de jaguar y sahúma con plumas de gallina serían capaces de desprenderse de sus pieles y transformarse en una criatura mitad jaguar y mitad humano.[1] En un matorral se empiezan a revolcar de izquierda a derecha sobre el cuero, rezando un credo al revés mientras cambian de aspecto. Salen entonces de caza, y ya devorada la presa, retornan a su forma primitiva, realizando la- misma operación, pero ahora en sentido inverso (es decir, de derecha a izquierda).

Supuestamente las extremidades corresponden a un ser humano mientras que la espalda es ancha y sin pelo. Se lo describe normalmente como un yaguareté de rasgos comunes con una dimensión mayor y un carácter asesino. También se le da la característica de carencia de pelo en la frente y una cola muy corta o incluso sin cola. Se alimenta de carne humana, de mula o de vaca. Era muy temido ya que supuestamente saqueaba los ranchos, por lo que se consideraba un animal nefasto, secuestraba y obligaba a las mujeres jóvenes a limpiarlo. Si uno es capaz de quitarle el cuero y escupirle tres veces en la cara el brujo queda ciego y vulnerable a un ataque. Al morir toma de inmediato forma humana.

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