Capítulo 4.

329 20 3
                                    

— ¡Cuidado Marinette!– El rubio empujó a la chica hacia un costado, cayendo sobre esta por accidente. Ambos voltearon al Akuma, parecía ser incluso mas grande que antes, y la neblina en la que se hacia notar, era cada vez mas fría.

Ambos se levantaron del suelo, notando como las personas corrían de aquel estrecho lugar hacia la calle. La policía cubrió al alcalde y a Chloé, olvidando por completo a los ciudadanos. Estaban bastantes confiados en que los héroes coloridos llegarían en cualquier momento. Pero estaban ocupados en su forma de civil, tardarían un poco en llegar.

Por más que quisiera hacerlo, Marinette no tenía tiempo de ir a esconderse para transformarse, Tikki ya había salido más de una vez del delantal blanco de la chica, pero esta inmediatamente la ocultaba para que el rubio no la viera. LadyBug debía salir en escena inmediatamente, ¿Qué pasaría si otro civil era llevado por esa cosa?, no se lo perdonaría.

— Marinette, ¡Lleva a tus amigos a un lugar seguro!– Ordenó su padre desde el negocio. La azabache accedió rápidamente, los adultos estarían bien dentro de la panadería, su deber era alejar al akuma del puesto de pan, así nadie más saldría herido.

— Tenemos que llevarlos a la escuela y escondernos dentro, vamos por los chicos, y tú quédate con ellos.– Esta vez habló el rubio mientras tomaba de los hombros a la chica para acercarla con sus compañeros de clase, los cuales se miraban mas aterrados que nada.— Se sentirán más seguros si están con la presidenta de la clase.

— ¿Quedarme?... O-O si claro, debo quedarme con ustedes, d-d-después de todo he de suponer que los adultos estarán bien, ¿No?

Ambos sabían que no era momento de vacilar, y menos con tantas personas gritando a su alrededor. Cómo si fueran los héroes de París, Adrien y Marinette corrieron al auxilio de sus amigos, tuvieron que gritarles varias veces para que reaccionaran, tenían que aprovechar que aquella cosa estaba en distracción. Los chicos de su clase estaban más que aterrados, no podían descifrar qué clase de rostro llevaban, Juleka al parecer estaba fascinada con aquella cosa, tal y como pasó con Horrificator, fue la única que no tenía miedo total ante la situación. Adrien y Marinette muy apenas pudieron llevar a los chicos hasta la escuela, la que milagrosamente seguía abierta.

Al estar todos adentro, se reunieron al centro de la cancha escolar para comenzar con el "conteo" de los alumnos.

Juleka, presente.
Nathanaël, presente.
Nino, presente.
Lila, afuera.
Sabrina y Chloé, con el alcalde.
Alya, presente.
Marinette, presente.
Max, presente.
Kim, presente.
Mylene, presente.
Adrien, presente.
Ivan, presente.
Alix, presente.
Rose, presente.

— ¡Lila se quedó en el puesto!– Gritaron ambos alarmados, corriendo hacia la salida de la escuela. Antes de que Adrien abriera la puerta, Marinette lo tomó de su playera para detenerlo, casi rogándole con la mirada para que se quedara, no hubo tensión, nerviosismo o cualquier otra emoción en los ojos de la chica, solo un ruego profundo, no quería que nada le pasara, pero, al ver con más claridad y confianza los ojos esmeralda del chico, Marinette poco a poco fue soltando de su camiseta.

Solo quedaba confiar en él para que regresara junto a Lila sanos y salvos.

No pasó mucho para que Adrien saliera corriendo a la calle, visualizó a la morena escondida entre las mesas, parecía muda o una estatua muy bien elaborada, no lloraba ni gritaba, solamente sujetaba su cabeza entre sus manos con la mirada baja, podía notarla temblar de miedo, pero, ¿Dónde estaba el akuma?, no lo visualizó por el momento, así que corrió tras un contenedor de basura para decir las palabras mágicas.

Plagg, ¡Transfórmame!

Cuando finalmente estuvo transformado en ChatNoir, comenzó a correr cual felino hasta la castaña, y pareciera como si HawkMoth se hubiera dado cuenta de que finalmente había llegado a escena, porque no pasaron ni 10 segundos para que Le Dessaparicion comenzara a lanzarle mesas, sillas, manteles, servilletas, panes...

Aquí estaré, my princess...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora