| Cap VIII -

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[PASADO]  

Un día antes de partir de Hahoe, Myungsoo decidió salir por ultima vez con Suji y sus amigos —quienes también ahora los consideraba suyos—. Llevaba su mochila oscura y dentro había guardado lo necesario para pasar todo un día en la Cascada de Geumsek, la cual se encontraba cruzando todo el bosque. Es decir, tendrían una gran aventura que terminaría con un pequeño campamento a la luz de las estrellas. Myungsoo estaba sentado fuera de la casa de su abuela, esperando por Suji, quien hasta ese momento no había aparecido allí. 

"¡Hey, forastero!" exclamó una voz a lo lejos de la calle de tierra, el joven de ciudad estiró su cuello y vio a sus amigos acercarse en una vieja carreta tirada por dos caballos. Woohyun y Youngjae llevaban las riendas, mientras que Hyeri, Min y Sohyun agitaban sus brazos con emoción. "Ohh, muchacho" exclamó Woohyun deteniendo el andar de los animales.

"¿De dónde sacaron esto?" preguntó  Myungsoo acariciando al caballo más claro.

"¿Los caballos o la carreta?" preguntó Youngjae con diversión. 

"Ambos" respondió el joven viendo como su vecina Suji corrían en su dirección con una gran mochila en su espalda.

"La carreta es de la familia de Min y los caballos se los robamos al viejo Nobum" escuchó Myungsoo decir a uno de sus amigos mientras ayudaba a Suji a subir a la carreta, él no dejaba de mirarla con curiosidad, pero ella parecía totalmente distraída. 

"No los robamos, los pedimos prestados" le corrigió Hyeri sentándose junto a Myungsoo "Se los devolveremos mañana".

"Pero no le dijeron que se llevaran los caballos..."

"No, pero eso no interesa se los devolveremos ¿Verdad chicos?"

"¡Si!" exclamaron todos al unisono. 

Myungsoo no tuvo más remedio que reír.




"¿A qué hora te vas, Myungsoo?" preguntó Sohyun mientras atravesaban el bosque, la vegetación de su alrededor era muy bella y el sol se colaba entre los árboles de una forma encantadora. 

"Por la tarde, me iré en el último tren" respondió el joven de ciudad mirando a Suji, esta había estado extrañamente callada todo el viaje.

"Te iremos a despedir en la estación" dijo Min sonriendo con tristeza. 

"Pediré prestada la cámara de papá para tomarnos una foto"

"Pero ¿La tomaras "prestada" o le pedirás realmente?" preguntó Myungsoo sonriendo con complicidad.

"Por supuesto, la "pediré prestada" respondió Hyeri haciendo reír a casi todos.

Suji aún estaba mirando a la espesura del bosque. 



Cuando la carreta se detuvo, los adolescentes bajaron uno por uno del lugar. Woohyun y Youngjae se encargaron de desatar a los caballos para que pastaran, mientras que las chicas desempacaban los bolsos y canastos de comida —los cuales eran, razón por la cual Myungsoo había bromeado todo el camino —. 

Todos parecían animados por aquella aventura. Los jóvenes de Hahoe estaban acostumbrados a ese tipo de actividades, de hecho solían hacer aquellas locuras, pero para el muchacho de ciudad todo aquello era un mundo nuevo y no podía negar que lo emocionaba y lo asombraba. Los chicos habían montado su campamento sobre un pequeño claro, uno que estaba a metros de una cortina de arboles que los separaba de cascada que tanto habían halagado. Min, había contado que aquella  cascada contenía la pureza del deshielo de las montañas y por ende era helada, lo cual la hacía perfecta para los casi cuarenta grados de calor que hacía en aquel lunes de verano.

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