29 de octubre.
-Voy a poner mùsica, mamà -dijo Elìas mientras encendìa el estereo del auto.
-¿Podrìas poner algo que nos guste a todos? -preguntò Lali desde el asiento de atràs.
Elias se diò la vuelta en su lugar y la mirò tiernamente. -Seguro.
-No se acomoden tanto, no estamos tan lejos del departamento -anunciò Gimena, sin apartar los ojos de la calle.
Unos cinco minutos despues, llegaron.
El departamento por fuera parecìa un lugar hermoso. Mariana contò dieciseis pisos.
Gimena estacionò su coche al otro lado de la calle y la familia de tres salio de èl.
-Es muy lindo -opinò Elias , mientras metìa sis manos en los bolsillos y esperaba para cruzar la calle.
Al entrar a la recepciòn, se encontraron un lugar bellisimo; tan solo dos sillones en L, la mesa alta del recepcionista y las pareces pintadas de un color celeste claro lo hacìa un lugar perfecto, sin contar los cuadros y adornos.
Gimena se acercò a la mesa, donde un señor vestido de traje la saludò cordialmente.
-Señorita Gimena, mi asistente la està esperando en la puerta del ascensor para mostrarle su apartamento -dijo el hombre.
-Gracias, señor Lavalle. Les presento a mis dos hijos -Elias y Mariana se acercaron, sonriendole al hombre-, èl es Elias, y ella Mariana -mostrò Gimena-. Chicos, èl es el recepcionista del departamento, Esteban Lavalle.
-Un gusto -dijo Mariana, Elias asintiò.
-El gusto es mìo, chicos.
-Ahora sì, vamos a ver donde se quedaràn por las pròximas semanas.
Caminaron por un pasillo que estaba casi oculto en la recepciòn y llegaron al escensor, donde un chico los esperaba.
-Dèjenme mostrarles su apartamento.
Hablaron con el jòven hasta llegar al piso nueve, donde los guiò hasta la puerta 18B y la abriò, dejàndolos ver el lugar.
Era un cuarto bastante amplio, con una pequeña sala y un enorme ventanal que daba hacia la ciudad. Por otra parte, una pequeña cocina y una mesa cuadrada con cuatro sillas. Un baño y una habitaciòn con dos camas de una plaza y media. Todas las habitaciones pintadas de un color amarillo muy suave.
-Es muy hermoso -murmuò Lali, sientiendose bastante còmoda en el lugar.
-Espero que les guste, pasaràn aquì durante varias semanas -sonriò Gimena.
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-¡EUGENIA, LUZ! -gritò Peter, mientras se veia en el espejo de su baño.
-¿Sì? -preguntaron las chicas con inocencia.
-¿Quieren decirme quien fue la culpable de esto?
Basicamente, sobre la frente de Peter estaba escrito ''Lali'', acompañado de un enorme corazon que rodeaba su ojo izquierdo.
Luz soltò una carcajada mientras Eugenia intentaba ocultar su cara, haciendo un intento imposible por no reir.
-No es gracioso, Eugenia -dijo, conteniendo su risa. Su mejor amiga lo era todo, aunque le haga este tipo de cosas.
-Oh, vamos, te estàs riendo -asegurò ella, mientras se chupaba la palma de su mano.
-Ew. -repudiò Luz.
La rubia pasò su mano babeada por la frente de Peter, eliminando la marca de la fibra.
-¡Eugenia, que asco!
-¿Vos no querìas que te lo limpiara?
-¡NO!
-De alguna forma tenias que hacerlo, ¿No? -riò ella, antes de salir de la habitaciòn junto a Luz.
Bien, estos capitulos son bastante cortos porque solo quiero contar lo mas ''importante'' en los dias de cada uno de los protagonistas. El lunes pròximo subire el capitulo del 30 de octubre y asi, voy a intentar hacerlo cada dos o tres dias hasta llegar al 2 de noviembre que va a ser el ANTEPENULTIMO capitulo.
PD: Me hice una cuenta personal en wattpad y dentro de un rato voy a subir la sinopsis de mi primer novela ahi, NO ES LALITER, pero agradeceria si se tomaran un tiempo para aunque sea leer la sinopsis. Ustedes saben que me gustan muchisimo los libros/peliculas/series donde aunque sea uno de los protagonistas tiene contacto con demonios, o poderes, etc. La novela que escribire ahi tambien va a tratar de poderes asi que si les interesa... (y ahi va el pedido de nuevo, ahre)
Mi cuenta personal es SanchezJuli, por si quieres pasarse.
¡Que terminen lindo el sabado y tengan un espectacular domingo! (aprovechen antes de que el maldito lunes vuelva, bue)
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Quiero Ser Feliz
Fanfic-Yo pedí un deseo muy importante en mi cumpleaños número diecisiete -susurró en su oído, él la apretaba tan fuerte pero tan delicadamente a la vez. No podían amarse más. -Ah, ¿sí? ¿Y que pediste? -preguntó con curiosidad, dejando un tierno beso en...