Caminamos dirigidos por las sombras. La iluminación de la casa era fuerte, pero el tono se había vuelto más azulado pálido. Parecía como si estuviésemos en el fondo de una piscina.
Pedro, David y yo íbamos muy juntos y caminábamos muy lento, no nos queríamos separar. Además, avanzábamos súper poco y las sombras nos pidieron que apresuráramos el paso. Por lo que tuvimos que caminar un poco mar rápido. Por un momento lo único que vi fue oscuridad ante mis ojos. Una profunda oscuridad rodeándome. Y en un momento dado perdí de vista a mi hermano y sentí terror.
Nunca supe que pasaría cuando yo y mi hermano tuviéramos que separarnos. Mi madre siempre lo dijo. Que algún día probablemente la vida nos llevaría a diferentes caminos y que probablemente sufriríamos mucho y cosas así. Pero nosotros decíamos que no nos extrañaríamos para nada y que incluso, queríamos separarnos y tener nuestras propias vidas, nuestros propios amigos. Ser independientes. Sin embargo en el momento en que aquellas siluetas oscuras de la casa de los miedos nos separaron, sentí pavor absoluto. Tuve miedo de que talvez no lo vería nunca más.
No se que ocurrió, pero recorrimos la casa separados y guiados por las sombras. No se que pasaba, pero la casa parecía interminable. Llame a mi hermano y a Pedro pero mis palabras quedaron silenciadas en el lugar.
Finalmente termine dentro de una habitación oscura del fondo de la casa. Quede completamente solo en un lugar completamente abandonado. No había nada ahí dentro. Solo oscuridad y frío, además de un hedor a hierro y grasa de maquinas. No tenia idea de que ocurriría, pero no me gustaba la idea de tener que estar allí. No había ruido, lo único que oía era mi respiración y mis llantos.
Extrañaba a mis compañeros y por sobre todo a mi hermano. No estaba seguro de que había pasado con él y con Pedro. Pero de seguro estaban en una situación parecida a la mía.
No se cuanto tiempo estuve ahí sin comer. No podía dormir tampoco y lo único que me quedaba por hacer era esperar y esperar sentado en el piso. Por un momento pensé que nunca mas podría salir tal y como lo había dicho la señora. Sin embargo, cuando ya me estaba dando por vencido algo ilumino desde el fondo de la sala.
Era una luz verde claro muy pálida, como fluorescente que venia desde el fondo a la altura del suelo. No supe lo que era, sin embargo no me asusto. Incluso me sentía protegido por aquella luz. Por lo que me acerque gateando hasta ella sin saber que haría después.
Mis manos se llenaron de polvo y mugre al igual que mis rodillas. Mi rostro estaba cubierto de sudor y mis ojos rojos de tanto llorar. La casa me había mandado directo al suelo y ahora me tenia gateando como un bebe.
Llegue hasta aquella luz verde y no pude ver que era, encandilaba solo con tratar de dilucidar que había ahí. Pero en un momento dado escuche una vocecita suave y algo chillona.
- hola niño – dijo.
- hola – respondí sin poder ver aquella cosa que hablaba.
- ¿Quién eres? – me pregunto.
- Milton. Unas sombras me trajeron hasta aquí – dije asustado - ¿podrías ayudarme?
- Si, claro – dijo aquella cosa.
Trate de verla más bien y note que la luz había desaparecido, ahora en su lugar había una pequeña rata de color verde fluor. Parecía de esas ratas radiactivas que muestran por televisión. Era fosforescente, iluminaba, su pelo iluminaba. Era la única fuente de luz de la habitación.
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La casa de la avenida 23
ParanormalConocida como la casa de los miedos por los niños del vecindario. Una casa extraña e inhabitable que se ubica en la solitaria avenida 23. Historia tras historias, rumores y extraños gritos se pueden oír desde sus entrañas y sus horribles ventanales...