"A veces me pregunto si en verdad existió ese ser que despertó en mi las ganas de apostar mi corazón al amor, aun sabiendo que corría el riesgo de perderlo todo. Ese fue nuestro juego, mi ruina, esa es la llana explicación de como este vacío se aloj...
Ha llegado el día y aun no puedo aceptarlo. Traté como pude de impedirlo -rasguñando, gritando y pateando todo lo que había a mi alcance- aunque la verdad no es que haya hecho mucha diferencia, al fin y al cabo se han llevado a Ari. Ni siquiera fui capaz de despedirme, a pesar de que intente hablar con ella después de que su supuesta culpabilidad fue dejada en evidencia se negaba a soltar una sola palabra, una mirada lastimera fue lo único que recibí de ella al salir de la habitación para después mantener su cabeza gacha.
El cobarde de Jake no fue capaz de dar la cara, mando a sus secuaces y me anunciaron que pronto quitarían el collar de mi cuello, aunque he estado esperando ese momento ya que la piel de mi cuello ha estado lastimada y es molesta la posición que siempre tengo que tener, este pequeño detalle positivo no quita mi preocupación por lo que le puede suceder a mi amiga. Tan pronto me he quedado sola no he podido contener las lágrimas, sé que no debo ablandarme, no me deben ver débil o se aprovecharan, eso es algo que he tenido marcado en mi mente desde pequeña.
Me he quedado dormida entre sollozos en la oscuridad de mi cuarto acorde con la negatividad que me carcome por dentro. Un sonido metálico a las afueras de la habitación me ha despertado. Mi piel se eriza al asentar mis pies en el frió suelo, poco a poco voy dando pasos hacia donde creo que esta la puerta, pero mi dedo pequeño del pie de manera repentina decide chocar de forma furiosa contra la esquina de la cama y emito estruendoso grito. Segundos después la puerta se abre violentamente dando paso a un poco de iluminación sobre el lugar. Un chico que parece ser de mi edad me mira con los ojos muy abiertos y un arma en su mano
-¿Qué ha pasado?- dice de forma agitada. Su voz me llega de forma confusa y titubeante, pero aun así logro reconocerlo
-tu- susurro con mis ojos abiertos. Él logra escucharme
-¿yo?- dice confundido bajando un poco el arma. Es uno de los que lograron infiltrarse en el castillo aquel día que me refugie en la biblioteca. La rabia toma lugar en mi ser y me llega a la mente una idea, sé que tengo que utilizar cada una de las oportunidades que se me presenten y no dejare pasar esta
-¡tú!- esta vez prácticamente estoy gritando. Me lleno de la suficiente furia tan solo con recordar lo que ellos han hecho haciendo que mis ojos comiencen a irradiar luz y lograr mi objetivo. Ha dado un paso atrás lo cual es signo de que le he espantado, aprovecho para acercarme poco a poco despotricando todo lo que puedo para distraerlo. Un sonido de admiración sale de sus labios y sin darse cuenta me ha dado una llave hacia la libertad.
Al fin he logrado salir de la habitación, mirando de un lado a otro me aseguro de que no haya nadie e inmediatamente comienzo a correr como nunca en la vida lo había hecho, sin importarme no saber a dónde ir, ni los gritos de aquel muchacho pidiendo que me detenga. Los guardias que patrullan el centro se cruzan en mi camino, me obligo a frenar mi impulso de energía y como puedo los evado. Cuando al fin encuentro un recoveco oscuro que me proporcionaría un escondrijo perfecto me deslizo por el fango hasta llegar a una de las cloacas. Caigo en el amplio río con todo mi peso y como puedo salgo a flote tan solo con la fuerza de mis piernas, mis manos aún siguen entumidas por la presión que las esposas ejercen sobre mis muñecas. Aun en contra de la corriente diviso la orilla, me desplazo con la poca fuerza que me queda hasta llegar y como un pequeño gusano me arrastro hasta tocar suelo firme. Ahí en el duro asfalto cierro mis ojos permitiendo que los agitados latidos de mi corazón se tomen un descanso, mi pecho subiendo y bajando rápidamente al compás de las idas y venidas del agua a mi lado.
De un momento a otro las alarmas retumban en mis oídos y por medio de las pequeñas aberturas de una alcantarilla observo como los pasillos entre habitaciones se llenan de guardias. No puedo permitir que me encuentren, aunque todo está en mi contra en este momento, aunque no conozco el camino hacia la salida y no sé en qué lugar de este laberinto me encuentro, debo luchar. Tan solo espero poder llegar a la puerta que conduce a mi libertad antes de ser apresada de nuevo. No puedo permitir que le hagan daño a Aurora, es por eso que debo encontrar Gialuz a como dé lugar y a pesar de que me han desprovisto del único medallón que permitiría que lo haga, ya buscare como arreglármelas.
Me levanto con mis piernas un poco temblorosas y con esfuerzo hago mi camino por las orillas rió abajo, no me detendré hasta que encuentre la salida. Aquí todo tiene un matiz tenebroso, no sé qué es lo que esconden las sombras de este lugar y tampoco pretendo averiguarlo, lo único que me ayuda a distinguir los pasos que debo dar es el camino de diminutas rendijas pertenecientes a las alcantarillas. En tanto hago mi recorrido que parece no tener fin, me viene a la cabeza lo irónico de la situación –lo único que me guiará hacia la libertad en este momento es seguir la corriente, lo cual es todo lo contrario a lo que me atreví a hacer siempre-, pero esto no me detendrá, ni aunque lo intenten no me cambiaran, esto es lo que soy y si es por el bien de los que amo lo seguiré siendo aun cuando todo esto conlleve a mi propia tortura o incluso al fin de mi cordura.
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NOTA: gracias por votar n.n espero que hayan disfrutado de este capitulo. pido disculpas por no subir la anterior semana y si, seguiré con el libro :D. He estado en un periodo de muchas actividades en la universidad por lo que no me ha quedado mucho tiempo, agradezco a todas las que me han hecho llegar su mensaje para saber sobre la continuación de la historia, gracias por tanto apoyo y comprensión :* muchos besos y abrazos para ustedes
