Prologo - Ya no es el sueño de una pequeña mariposa

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-Me quieres?
-Lo dudas?
En su mirada podría encontrar esa respuesta, claro que no lo duda, esta segura de que él la quiere. Y ella, estar enamorada queda muy pequeño para lo que siente. El lo sabe desde la primera vez que le besó, hace ya 11 meses. Fue después de un concierto, al que habían ido juntos. Su primera cita, la primera vez que salían los dos solos. Fue como un poema, de noche, a la luz de la luna, con unas gotas de lluvia, y ocurrió. El primer beso, su primer beso. ¿Como podrían explicarlo? Todavía no se crean palabras para hacerlo.

-La gente suele ir mucho a su idea, un día nos podría ocurrir y dejarías de quererme. No serias el primero al que le pasa.
-¿Crees que de verdad alguna vez podre dejar esos bellos ojos azulinos como el cielo? Como si, algún día, podría dejar de quererte.

Sus ojos la traspasan, o eso es lo que siente, como si su mirada hubiese rebasada su piel y fuera capaz de adentrarse en ella para averiguar lo que siente, lo que piensa. Sus corazones comienzan a latir muy deprisa. Tan rápido y tan fuerte que tienen la impresión de que en cualquier momento saldrá volando de su pecho.

-No.. No lo digo enserio -responde ella, temblorosa.
-No quiero que tengas dudas sobre eso.

Se moriría si dejara de quererla, el se convirtió en su todo, en la verdadera razón por la que cada mañana se levanta rebosante de vida e ilusión.

-Perdona, no se por qué te lo he dicho, estoy consiente de que me quieres muchísimo -bajaba su sombrero, para que no se notara que se había puesto muy nerviosa.
-Oh Marinette... Muchísimo, no sabes cuánto -susurra el joven apartándole el sombrero que cubre su rostro-. Y siempre, siempre sera así.
-Siempre es una palabra muy fuerte.
-Fuerte es lo que siento por ti. Los cambios no me importan, muchos menos el tiempo, quererte, es lo mejor que me ha pasado, y nada ni nadie va a impedir que eso continúe siendo así.

Aquellas palabras emocionaban a la chica, que se lanza sobre su novio y lo abraza con fuerza como si fuera la ultima vez que fueran a verse. Ella también le amará para siempre, aunque el paso del tiempo sí la asusten. Nadie cree en los amores adolescente ni en su longevidad. Ella tampoco lo hacia, hasta que apareció él. Desde entonces, hasta el infinito le parece demasiado corto. Sus sentimientos van más haya de quererle.

La joven señala un banco de madera al otro lado de la calle, el chico asiente y, tras darle un dulce beso en los labios, pulsa el botón verde para contestarle a su padre.
-No desaparezcas, no me demorare nada.
Ella cruza por el paso de cebra cuando el semáforo esta en verde y se sienta en el banquito, desde allí lo observa, no puede quitarse la sonrisa de la boca. Cualquier chica quisiera tenerlo como novio, es guapo, divertido, inteligente, noble y la trata de una manera que enamora ¡Que suerte que se fijara en ella y la eligiera! Antes de salir ella no las tenia todas consigo, otras de su escuela le habían echado del ojo. De hecho sospechaba que alguna de ellas también estaba enamorada de el ¿Cómo no estarlo? siempre pensaba, un modelo joven con mucho dinero es un buen partido para las jóvenes de ahora.
-Entonces, el viaje es mañana? -sus pensamientos son interrumpidos por la dulce voz de su amado, rápidamente, este le besa y se sienta junto a ella, abrazándola.
-Si, estoy muy emocionada, el primer viaje que tendremos a otro país, te lo imaginas?
-Nuestro primer viaje. -toma sus manos con un rostro travieso y ella, corre su cara con un dedo para evitar ese beso.
-De toda la clase, querido. -suelta unas risitas, mientras la lluvia empieza a aumentar en el fondo, ambos se levantan lentamente y van a casa de la joven.

Pasos relativamente cortos, bajo un paraguas azul oscuro, para que su compañía dure para siempre.

Se despiden de un dulce beso, permaneciendo unos segundos en la puerta, mirándose mutuamente, hasta que el sonríe, volviendo a recibir una llamada de su padre. Finalmente se despiden, otro beso de su parte, empieza a caminar hacia atrás, y unos segundos se demoro en ponerse a correr para no ser castigado.

Lonely liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora