Capítulo 2

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No quería ir al funeral, no podía con más personas diciendo pobres niños y dándonos "apoyo" más bien era lástima, no aguantaba ver la cara de todas esas petulantes señoras tratando de "reconfortarnos" solo es lástima ya dije.

Solo necesitaba a Zeth, el que me hacía sonreír y no dejaba de hablar, él se esforzaba por mostrarme una sonrisa aunque fuera rota, él me sonreía tratando de reconfortarme.

Zeth me ayudaba a prepararme para el funeral, cuando escuchamos ruidos procedentes fuera de nuestra ventana, Zeth abrió la ventana solo una rendija para poder escuchar.


—Oí que no tienen más familia, su abuela materna murió el año pasado.

— Si, Zeth aún es menor de edad no puede hacerse cargo de la niña, no sabía que ella era adoptada.

— ¿Qué va a pasar con ellos?

— Servicios sociales vendrá por ellos después del funeral.

No, no quería regresar de nuevo a ese lugar.

—Zeth yo... yo... no quiero regresar ahí.

— Tranquila no pasará.

— Pero...

—¡No pasará!.

—Chicos ya es hora de ir al entierro- los dos giramos rápidamente no sabía que hacer-.

— Ya casi estamos listos, iremos por nuestra cuenta, Dev necesita despejarse un poco, esto es demasiado duro para nosotros.

— De acuerdo, solo sean puntuales- dicho eso volvió a cerrar la puerta dejándonos solos-.

—Dev prepárate, una vez que se marchen todos nos vamos a Kristiansand.

—¿Estás seguro?

—Nunca te dejare ¿entiendes?, pase lo que pase estaremos juntos. Ahora, nuestros padres tienen un poco de dinero guardado para emergencias, no podemos ir al banco, así que tenemos que hacer que el dinero rinda, guarda un poco de ropa y comida, yo iré por el dinero.

—Zeth, pensaban llevarnos a Kristiansand por navidad, ¿crees que nos sirvan esos pasajes?.

— Muy bien pensado Dev, iré a buscar los boletos y dinero, no te demores.

Ya que tenia lo necesario, me dispuse a esperar a Zeth en la estancia, bajo corriendo con los boletos en mano.

—Tenemos suerte que ya los tuvieran en físico y con fecha abierta.

—Hay que darnos prisa antes de que se percaten de nuestra ausencia.

—¡Vamos!


Tal vez no pensamos bien en ese momento, quizá si, pero esa decisión cambio significativamente nuestras vidas, después de esto no sería lo mismo, éramos los dos contra el mundo ó eso pensábamos.

Llegamos un poco antes de que anocheciera, no podíamos utilizar la reservación de hotel que tenían nuestros padres puesto que nos encontrarían, tampoco podíamos ir a ningún hotel, siendo menores de edad y sería muy fácil encontrarnos. Deambulamos por la ciudad, estaba aterrada, caminamos hacia un callejón encontramos un par de cajas de cartón que nos servirían, nos disponíamos a instalarnos entre unos contenedores industriales de basura pero nos percatamos de una ventana rota que se dirigía a una especie de sótano. Zeth descendió primero, yo dudaba si hacerlo ó no, baje lentamente con su ayuda. El sótano se encontraba un poco sucio pero estaba claro que era más cálido que aquel callejón, nos recostamos en un pequeño catre, Zeth me abrazo para darme calor y poder dormir, dudaba que él lo hiciera.

        DevoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora