Capítulo 3

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Estuvimos mucho tiempo dando vueltas en la vagoneta, Zeth no me dirigía la mirada y Drako aún no despertaba. ¿Cuánto tiempo más estaríamos aquí?, intenté acercarme a Zeth aunque las ataduras me lo impedían, le di una ligera patada para obligarlo a mirarme, sus ojos estaban llorosos de coraje, me miró con desaprobación, estaba apunto de decirle cuanto lo sentía pero la vagoneta se paró repentinamente.


La mujer se pasó a la parte trasera de la vagoneta, volteó a ver el cuerpo aún inconsciente de Drako, ¿qué quería ella de nosotros? no tenemos dinero y si quiere matarnos por estar involucrados con el padre de Drako ¿porqué no nos mató en la bodega?


—Muy bien te voy a quitar la mordaza pero no grites, no te molestes nadie te escuchará aquí, solo no quiero liar con gritos de niño desesperado -dijo la mujer mirando a Zeth-.

—¿Qué quieres de nosotros? -me aventuré a decir-.

—Sabía pregunta, pero no es momento de contestarte eso, solo digamos que pueden tener un futuro muy prometedor con nosotros, antes quisiera saber que tan involucrados estaban con Gavril, díganme todo no se molesten en mentir, lo peor que puede pasar es que los mate.

Lo dijo como si fuera cualquier cosa, mire a Zeth buscando respuestas en sus ojos pero él estaba dudando si hablar o no.

—¡Dense prisa!, quiero que me digan todo antes que despierte su bastardo.


El primero en hablar fue Zeth yo no estaba muy segura, le dijo básicamente lo que hacíamos, menciono que no teníamos contacto con nadie a excepción de Drako y su padre, para nosotros o más bien para mi siempre fue el padre de Drako nunca Gavril. Nos preguntaron por nuestros padres, a lo que conteste rápidamente que éramos huérfanos y escapamos del orfanato, al escuchar eso la mujer ensancho la sonrisa volteando a ver al hombre.


Miré a ver a Drako, él seguía inconsciente, lo único que quería era que estuviera bien, no se como tomaría la muerte de su padre, era algo duro, lo entiendo, sin embargo yo no podría saber lo que se siente con exactitud pues el tiempo que pase con mis padres tanto biológicos como adoptivos fue muy poco, él y Zeth estaban en la misma situación, buena o mala la relación que tuviera con su padre se que lo quería, solo espero poder estar con él para apoyarlo.


Seguía sumergida en mis pensamientos que no me percaté cuando la vagoneta se puso de nuevo en movimiento, Zeth llamo mi atención y me di cuenta que la vagoneta se paraba de nuevo.


— Muy bien, ya llegamos -dijo con calma-. Craig mantenlos vigilados iré a hablar con Damian.


En ese momento ella salió de la vagoneta, intenté zafarme de los agarres, pero me era imposible, Zeth se quedo inmóvil, no intentaba hacer nada para salir de esto.


—Déjalo -me susurro- estamos aquí por tu culpa, no podías quedarte quieta, tenias que correr a su lado, ¿qué podías hacer?

— Yo no sabía, lo siento- dije entre lagrimas, él seguía resentido conmigo-.


En ese instante un hombre abrió la vagoneta, nos miró y volteó a ver a la mujer, nos sacaron de ahí cubriéndonos la cabeza, por lo que sentía y escuchaba estábamos en un tipo de ferry, no comprendo por que nos cubrían la cabeza, como si pudiéramos hacer algo. Escuché como Drako despertaba y traté de zafarme para ir a su lado, pero me lo impidieron, trataba de gritar para que supiera que estaba ahí. Me lanzaron a un pequeño cuarto, sentí como me amarraban a una silla, a los pocos segundos me descubrieron la cabeza, intente gritar pero sentí como me abofeteaban.


— ¡Niña ya cállate!. Muy bien así me gusta, como sabrás yo soy Melissa, se que tendrás muchas preguntas, te diré muy poco, con el paso del tiempo sabrás todo lo que quieres saber. En primer lugar no te mataremos ni a ti, ni a ninguno de tus amiguitos, por lo que se eres huérfana, cuando lleguemos me encargaré de que Craig averigüe todo sobre ustedes.

        DevoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora