Salí corriendo, era la tarde mas perfecta de todas, a pesar de la lluvia, me sentía feliz, había una manifestación, comencé a gritar como una loca, nada me importaba, estaba tan libre y poderosa, la gente parecía disfrutarlo, se reían conmigo, me observaban, me uní a su huelga, grite y seguí corriendo, era la mejor tarde de toda mi vida.
Desperté en la habitación de un tipo, se ve muy mayor para mi, son las cinco de la madrugada, ingerí píldoras el día anterior, tengo que llegar a casa antes de que despierte mi madre, no recuerdo mucho, me vestí, me robe unos billetes, y unos cigarrillos, camine hasta mi casa, me duelen tanto los pies, entre por la ventana del baño, siempre la dejo abierta, me escabullí hasta la habitación, no se en que momento me dormí, Desperté por una llamada de Michelle, mi mejor amiga, son las cuatro de la tarde, mierda, tengo una hora para llegar a mi ultima clase, me bañe, encendí un cigarro, tome mis cosas, subí a mi bici, fui hasta donde Billy por algo de hierba, le pague con el dinero del tipo. Ahora estoy muy drogada, estoy volando, de nuevo se convirtió en el mejor día de mi vida, llegue al salón y aun no llegaba la maestra, bravo, me senté donde mis amigas, Melissa , Michelle y Emily, Michelle me dio una pastilla del día siguiente, es la tercera en dos meses, se supone que debo de dejar esta mierda ya, entro la maestra y dio la clase mas aburrida de todas, saliendo fuimos por unas cervezas, me siento ebria, volví a casa, muero de hambre y estoy super mareada, al parecer mamá trajo a alguien del bar, cuando viene alguien yo tengo que irme, son las reglas.
Obscureció muy rápido y no tengo a donde ir, necesito comer algo, la marihuana me causa hambre, estoy sentada en un columpio mientras fumo un porro, el auto de Paul se detiene a un lado, me abre la puerta, ¿Quien es Paul?, mi tío, el hermano de mi papá, y mi peor pesadilla, el me quito mi virginidad a los nueve años, no me gusta hablar de esto, pero ya se imaginaran que clase de idiota es, tiene como cuarenta, y de verdad esta horrendo, el bajo, se paro a mi lado, solo le bastaron unos segundos para darse cuenta de mi estado, maldito alcohol, malditas drogas, me cargo y me subió a su camioneta. Desperté, me vestí y volví a casa. Son las 9 de la mañana.