Capítulo 7:Noche De Luna.

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Capitulo 7:Noche De Luna.

La oscuridad lo cubrió todo y en pocos segundos no sintió nada mas... El dolor en su cabeza poco a poco fue creciendo hasta sentir como su cráneo era partido en dos, intentó revolverse en la superficie del pasto y cuando al fin lo consiguió abrió los ojos rápidamente.

—¡Papá!—los ojos verdes del pequeño se acercaron hasta él y sintió algo parecido a un mareo—. ¡Estás bien!, ¡que te sucede, por favor di algo?—.

Jack miró el rostro del pequeño y no le quedó duda alguna de todo lo que lo quería y sonrió, disimulando su dolor.

—No pasa nada, vamos a casa—ambos se pararon y con el crucifijo en sus manos llegaron después de unos momentos.

Esa noche no dijo nada, y en las horas siguientes no pudo dormir, una sensación de vacío lo dominaba y sus recuerdos se veían continuamente interrumpidos por un par de ojos azules y el sonido, casi latente, de aquel hermoso canto.

No supo en que momento se durmió, ni como logró cerrar los ojos, pero cuando las manos de Sophia tocaron su abdomen, el se estremeció y después de un sobresalto abrió los ojos casi aterrorizado. Las caricias de la mujer cesaron y lo miró intentando comprender su comportamiento.

—¿Que sucede Jack?—sus ojos tristes lo miraron.

—Nada, yo... No lo se, es algo extraño—su voz, carente de todo interés, desconcertó a Sophia.

—Jack, por favor, ¡no me digas que no pasa nada porque lo siento!—el enojo en su voz hizo que Jack la mirara confundido—. Últimamente te quedas dormido en el sillón, en la cama no haces mas que dormir, en el día no tienes tiempo para nada, se que estamos en la ruina pero no es para que me evítes, ahora no puedo tocarte sin sentirme culpable, ¡por dios Jack, díme que es lo que pasa contigo!—su ira estaba al limite y sus ojos bañados de lágrimas tomaron por sorpresa al hombre, que confundido seguía mirándola.

—Sophia yo... Yo te amo, yo no se que haría sin ti...—.

—Pues, no estás demostrándomelo, Jack por dios, soy una mujer, necesito atención y si esto no está funcionando por favor dímelo—.

—No, Sophia, yo...—.

—Si quieres podemos ir a un psicólogo, necesitamos hablar Jack, mantener la comunicación y eso últimamente no se está dando—.

—Sophia, ¿un psicólogo?... No lo necesitamos, tu y yo podemos con esto, solos, se que estos días han sido difíciles y todo pero...—.

—Yo lo siento Jack—lo interrumpió ella con voz dolida—. Pero después de todo creo que no podemos con esto solos, yo ya no se que hacer y si no estás de acuerdo con asistir a una platica puedes pensarlo el tiempo que quieras, pero hasta entonces... No podremos seguir—ella se dió la vuelta y se acostó dándole la espalda y el la miró.

Se sentía culpable, pero al mismo tiempo no sabía lo que había hecho mal y sin ganas de discutir, también le dió la espalda y se durmió.

★★★★★

El asfalto resplandecía bajo la luz de la luna, las ramas de los árboles se movían presos de una brisa fria, el sonido de la feroz agua bajo el acantilado se escuchaba como un infinito concierto estático de dolorosos golpes contra su cause y en medio de ese lugar, a plena luz de la luna, llegó a pararse un auto y de el se bajó un hombre alto, vestido solo con un incompleto traje de gala consistente en un pantalón negro y una camisa blanca de mangas, su cabeza parcialmente calva brillaba a la luz de la luna.

La mujer en el interior, estaba vestida con un hermoso vestido violeta con decoraciones de brillantes en los escotes y su cabello rubio contrastaba con un par de ojos azules.

El Lago Negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora