Capítulo 1

18 1 0
                                    

Llevo dos meses en la clase de ingles, mentiría si dijera que son las peores, o bueno no del todo.
Aun me cuesta trabajo adaptarme, pero gracias a Alex (así le gusta que le diga) y a una chica un año mayor que yo, morena, pelo negro y lentes llamada Elena, conseguí hablar un poco mas en clase, ellos se encargaban de hacerme preguntas en los que fuera necesario mas que decir un simple "si" o "no" , ademas me ayudaban a integrarme en algunas platicas de los demás, claro que para mi era mas fácil hablar con Alex porque conocíamos casi a las mismas personas.
La maestra Jessy era muy buena, nos ponía muchas actividades para convivir en el grupo, cuando era en parejas, Alex o Elena me escogían, supongo que era para que no me sintiera rara con los demás, hasta que una vez la maestra escogió las parejas, creo que ya no es necesario decir que tengo muy mala suerte, esta vez me toco trabajar con un chico que se llama José, era de piel pálida y opino que tenia cabello de Justin Bieber en sus primeros años como cantante. José sin duda era el mas atractivo.
Al principio fue un pico difícil trabajar con el, ya que era la primera vez que hablábamos desde que había entrado, aunque después de unos minutos hablábamos como los grandes amigos del mundo, el era algo imperativo y muy gracioso, no entendía porque su único amigo era Alex.
- Entonces te llamas Samantha.
-aso es- le respondí- pero puedes decirme Sam o Sammy, pero no Samantha.
-¿Porque?
- Solo me llaman Samantha para regañarme.
José empezó a reírse a carcajadas no se porque, pero su risa me dieron ganas de reírme con el, así que lo hice. Todos nos miraron como si estuviéramos locos, lo mas raro es que no me sentí para nada incomoda.
Cuando por fin dejamos de reírnos, posó su mano en mi hombro y yo lo miré.
- Eres muy graciosa Sam.
Le sonreí no se porque, quitó la mano y me devolvió la sonrisa.
- ¿Cuantos años tienes?- pregunto después de un tiempo.
- Tengo 13- vi que asintió lentamente.
- ¿Cual es tu animal favorito?
- Veo que estamos en la etapa pregunta/respuesta- rió un poco, conteste después de unos segundos- los perros.
-Muy bien.
La maestra Jessy nos dijo que cambiáramos de parejas, cuando me di la vuelta, Alex estaba a mi lado, con su misma sonrisa del primer día.

A la hora de la salida, en la sala de espera me di cuenta de que mi mamá aun no llegaba por nosotras, mi hermana estaba con un grupo de personas de su clase, así que tenia que esperar sola a mamá.
Todos a mi alrededor estaban platicando animadamente, mientras yo estaba sumida en mi mundo, imaginando una vida imposiblemente perfecta, hasta que alguien se pudo a mi lado.
- Hola
José estaba jugando algo en su teléfono, ni siquiera me miró al saludarme.
- Hola- le respondí de vuelta, aunque creo que no me había escuchado.
Pasaron algunos minutos, ambos sin decir palabra, quería preguntarle algo, pero no sabia como, al final decidí preguntarle.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Ya la hiciste
Ni siquiera levanto la mirada de su celular, el juego debía ser importante, o al  menos para el lo era.
- ¿Por que no hablas con nadie del salón?
- No lo se- se encogió de hombros- antes de que llegaras me llevaba bien con todos, pero después los desesperé supongo. Excepto a Alex.
Siguió en su juego y yo mire a mi hermana, que seguía platicando con sus amigos.
- ¿Ahora te puedo hacer yo una pregunta?
- Claro
- ¿Tienes novio?
Su pregunta me tomó por sorpresa, no me gustaba hablar de ese tema. En mis 13 años de vida jamas había tenido uno.
- No
- ¿Y entonces Alex?
- ¿Que con él?- pregunte extrañada
- Pues siempre están juntos, cuando piden trabajos en parejas el siempre va contigo y en todo momento te mira como si te vigilara.
- Eso no es cierto- respondí un poco enojada.
- ¿No? ¿Entonces en este momento no te esta mirando?- guardó su teléfono y se fue.
Busque con la mirada a Alex, sabia que eso no era cierto, hasta que lo vi, entre un grupo de personas platicando, el era el único que no hablaba, estaba quieto y con los brazos cruzados, ni siquiera tenia esa sonrisa que lo caracterizaba tanto.
Ahí estaba él, viendo serio el lugar donde había estado José, y ahora donde estaba yo.

Locura de amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora