Capitulo 3

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Mis amigas no volvieron a hablar de ese tema, lo cual fue casi un alivio.
Ahora llevo 4 meses en inglés, aquí se puede decir que pasa el tiempo muy rápido y me acabo de dar cuenta de que cada que pasan esos 4 meses cambiamos de maestro. En este período nos tocó un maestro llamado Ulises, el cual tenía cara de ser buena onda, lástima que me equivoqué.
Resultó que tenía otros métodos de enseñanzas muy distintos a los de la maestra Jessy.
Nos estaba diciendo que él mismo nos iba a asignar nuestros lugares para evitar que habláramos en clase, en ese momento cruzó por la puerta Alex, aunque está vez llevaba puesta una gorra.
El maestro empezó a acomodarnos, para mi buena y mala suerte me tocó sentarme en medio de José y Alejandro.
-Hola- me saludó José sentándose a mi lado izquierdo.
-Hola- le respondí de vuelta.
Después de sentó Alex a mi otro lado y me saludó de igual manera.
Cuando todos teníamos nuestros nuevos lugares el maestro Ulises salió por los materiales de trabajo, todos se movieron de sus lugares excepto mis compañeros de a lado y yo.
-Te ves bien con el cabello suelto- dijo Alex a mi lado.
- Gracias- contesté- me gusta tu gorra. Te ves diferente.
Me sonrió de una manera que jamas había visto, después se quitó la gorra y la puso cuidadosamente sobre mi cabeza.
-Se te ve mejor a ti
Acomodó un poco su cabello y yo traté de hacer lo mismo aún con su gorra puesta, siempre me ha incomodado tener el cabello suelto.
Guardamos silencio, el maestro estaba tardando mucho, José estaba metido otra vez en su teléfono y Alex estaba hablando con la chica a su lado, llamada Nayna. Elena había faltado hoy, así que estaba prácticamente sola.
- Oye...- José ya habia soltado el teléfono -¿Qué te pasó?- ptegunta sorprendido y horrorizado.
- Nada ¿Por qué?
- Tu cabeza...Te ves muy mal con gorra ¿Quien te la puso?
Señalé a mi otro compañero, que seguía platicando .
-Ya sabía que tenía malos gustos- dice negando con la cabeza- Quítatela.
-Pero...
- Te ves horrible. Vamos, quítate esa cosa de la cabeza.
Al ver que no hacía lo que me pedía, decidió hacerlo él, por accidente agarró un mechón de mi cabello, entonces al momento de quitarles me jaló.
-Auch
-Eso es lo malo de traer el cabello suelto. ¿Tienes una Liga para atarlo?
Asentí. Busqué en el fondo de mi mochila, entre papeles de quien sabe que y otras porquerías, cuando la saqué me la quitó de la mano al instante.
- Date la vuelta- me ordenó.
Hice lo que me pidió, tomó mi cabello y y empezó a hacerme una coleta, me queje muchas veces por la manera que me jalaba.
Cuando terminó me preguntó si tenía un espejo para verme, a lo que yo negué, me prestó su teléfono y cuándo vi mi reflejo abrí mucho los ojos.
-¿Que me hiciste?- ahora yo lo miraba horrorizada.
-De nada- me dijo con orgullo
Era como si tuviera un nudo gigante en la cabeza, José miraba el peinado con aire de satisfacción.
- ¿Que le hiciste? 
- La peiné idiota ¿no te das cuenta?
Ahora Alex me veía igaul de horrorizado, si hubiera estado en otra situación su cara me hubiera dado risa.
-¿Por qué le quitaste mi gorra?- resaltó la palabra "mi"
- Porqué se veía ridícula
- Dámela- estiró la mano hacia la gorra y José de la dió rodando los ojos.
Puso la gorra sobre su mesa, después se volvió otra vez hacia mi.
-Muy bien, acércate
-¿Para qué?
-Te voy a quitar ese nudo, pero necesito que te acerques para no lastimarte.
- De acuerdo.
Me hizo un espacio en su silla, me senté, muy cerca de él para mi gusto. Examinó mi peinado, o eso creo porque se quedó varios segundos quieto.
- Se ve mucho peor de cerca- susurrópara si mismo- creo que esto si va a comerte un poco.
Empezó a deshacer el nudo, con extrema delicadeza, cada vez que hacía un movimiento, por más mínimo que fuera me preguntaba:
-¿Te lastimé?
A lo que yo respondía con un simple "no", y no era mentira. Me trataba como si estuviera hecha de cristal y con un movimiento brusco fuera a romperme en mil pedazos.
-Ya casi termino- dijo muy cerca de mi oído.
Cuando logró quitarme la Liga, me la dió en la mano y para terminar acomodó suavemente mi cabello con sus manos. Como último toque me puso otra vez su gorra.
-Listo
Me examinó una vez más, asintió y levantó los pulgares de ambas manos sonriendo.
-Maldita sea. Tu y tu gorra ¿Que no entiendes que se ve mal?
-Claro que no
- Claro que si
Y así siguieron por un rato.
-No te preocupes- me dijo la chica llamada Nayna- Asi son siempre. En unos 10 minutos van a estar felices otra vez como una linda pareja.
Reí un poco, se dio la vuelta y comenzó una plática con alguien más.
Me volví hacia el par de locos, un poco aburrida por su pelea infantil, pero cuando ambos se pusieron de pie supe que era hora de intervenir.
-¡Hey! Los dos tranquilos y sientense ya.
Me miraron los dos, miré a Alex, que tenía los brazos cruzados, le rogué con la mirada que se sentará y lo hizo. José tardó un poco, pero igual obedeció.
-Okay. De acuerdo- dijo mientras se sentaba- Pero por favor quítate eso.
Estiró la mano para quitarme otra vez la gorra.
-No la toques- dijo Alejandro antes de que pudiera llegar a tocarla.
-Disculpa ¿Que?
-Que no la toques- repitió
-¿Por qué? Que yo sepa no es de tu propiedad.
-Claro que si
-¿A si? ¿Cuánto te costó?
-$350- volvió a cruzarse de brazos
-¿Te vendiste por $350?- me pregunta José muy sorprendido, a lo que yo me río al igual que Alex.
-José, el está hablando de su gorra- le aclaré riendome un poco.
-Pero yo estoy hablando de ti- dijo con voy frustrada.
-Tampoco quiero que la toques a ella.
-¿Y por qué no? ¿Acaso son novios?
-Si
Al escuchar tal afirmación, José abrió la boca en un círculo casi perfecto.
-¿Es enserio?
-Si- dijo otra vez pasando me un brazo por los hombros.
-Alex, no...
-Ya se- me interrumpió- Se que queríamos que fuera secreto, pero es para que este idiota te deje de molestar.
Terminado de decir esto besó mi mejilla derecha y antes de separarse, me susurro al oido:
-Sígueme la corriente.
Yo no dije nada, la cara de José era épica, Alex me seguía abrazando y con la mano que tenía libre, tomó la mía e hizo que entrelazaramos nuestros dedos, se llevó mi mano a su boca y la besó.
-No es posible
-Claro que lo es. Así que a partir de hoy no quiero que la toques, porque soy un novio muy celoso, y tu no me conoces celoso.
-¿Entonces no puedo tocarle el brazo? ¿Así?- dijo tocando mi brazo.
-Déjala imbécil- advirtió Alex apuntando con su dedo.
El siguió tocando mi brazo y mi mejilla y yo le di un manotazo.
-Te lo dije idiota- fue su última advertencia antes de ponerse de pie y como un reflejo José también lo hizo.
-Ya tranquilo, prometo dejarla en paz amigo.
-Más te vale.
En ese momento llegó el maestro y ambos se sentaron mientras los demás volvían a sus lugares.
La clase comenzó, pero las peleas nunca terminaron, entonces me di cuenta de que estos próximos 4 meses iban a ser eternos. Sobre todo si tenía que fingir una relación con una de las personas que más me han ayudado a adaptarme, y más que nada con una de las personas más importantes que he conocido hasta ahora en toda mi vida.

Locura de amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora