-¿Qué sucede Bulma?-dijo el príncipe y la miraba. Ella guardo silencio y no dijo nada pero luego de un rato...
-Nada, no sucede nada.- Dijo la mujer y se acostó en la cama, estaba nerviosa de la emoción por haber escuchado las palabras de Vegeta. Un segundo después los dos acostados, Vegeta abrazó a Bulma y esta se dejo, después de eso ambos se quedaron dormidos.
A la mañana siguiente, ya el esperado día para todos los enamorados, era un hermoso día, los rayos del sol entraban por las persianas de la habitación y Bulma despertaba, se dirigía a la cocina y allí esperaría a que Vegeta despertara. Luego de unos minutos Vegeta despertó y sacaría su regalo de donde estaba guardado bajo hasta donde estaba Bulma y ambos se miraron por un tiempo.
-Vegeta... Se acercó a él abrazándolo muy fuerte y dándole un beso en los labios- Feliz Día mi amor.- dijo muy directa la joven y se quedaron juntos por un momento. Luego ella saco un regalo de una bolsa que estaba sobre la mesa.
-Esto es para ti, mi mejor regalo.- Vegeta se fijó que era y lo saco muy lentamente, era una camiseta que decía *Vegeta & Bulma* muy significativo para Bulma y algo que le gustó mucho a Vegeta.
-Gracias Bulma, me gusta.- Se mostraba muy amable a otros días, él se sentía incómodo cambiando su hábito de humor, pero lo hacía por ella, ya que sabía que era un día que significaba mucho.- Esto es algo que quiero darte a ti, también regalo por este día que te importa mucho.-
Al igual que Vegeta, Bulma se fijó en lo que había dentro lo saco lentamente y era una collar con cadena y una medalla con dos corazones y con ambos juntos se formaba *I Love You*. Algo muy tierno de parte de Vegeta ya que nunca había hecho algo así.
Luego de los conmovedores obsequios el pequeño Trunks despertó, todos se vistieron para salir nuevamente a dar un paseo nuevamente por el parque más relajado y romántico por la tarde cuando ya se ocultaba el sol, ambos estrenaban, Vegeta su nueva camiseta y Bulma su significativa cadena que llevaba cada día desde entonces.
-FIN-
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Día De San Valentín
RomansaEra un día nuevamente cualquiera para el Príncipe en la Corporación Capsula. Como siempre estaba entrenado y no paraba ni un solo segundo. Pero también estaba su esposa la cual lo interrumpía de vez en cuando...