Todo se lo dejamos a las estrellas

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Todo se lo dejamos a las estrellas, que alumbran nuestra soledad distante. Nos acercamos tanto que al cerrar los ojos nos sentíamos, pero ahora estas del otro lado, te extraño, pero... ¿Tú también lo haces? Siempre te refugias en libros, te hace olvidarte de todo, hasta de ti misma. Lo mismo me sucede a mí pero no deseo olvidarte, no ahora, no mañana. No deseo olvidarte en lo absoluto, de vez en cuando me sumerjo en lecturas cortas esperando encontrar algún rastro de ti, alguna pista, algo que me indique como encontrarte, como entrar en ti y permanecer ahí, pero no lo encuentro ahora, tampoco mañana. Todo pareciera destinado a ser así, desde el principio lo supe pero como siempre me aferro a lo imposible y pago de nuevo $7 por la ilusión de que leas esta carta que nunca llegara a ti por la ineficacia del servicio postal nacional.

Me siento a leer en alguna banca del parque mientras que tú, kilómetros lejos de mi haces lo mismo, pequeña relación estrecha que mantenemos, como si nos pudiéramos comunicar entre libros pero ya no encuentro tanto regocijo en ellos como solía ser. Quizás debamos cambiar de medio de comunicación.

Podría pintar, me gusta pintar paisajes pero no lo hago porque sé que tarde o temprano dibujare tu rostro en el lienzo blanco, tu sonrisa delicada y esos pequeños hoyuelos que siempre la acompañan, dibujaría tu rostro y tu pelo corto, todo un tanto cuadrado e imperfecto, no es que sea fanático del cubismo pero siempre he querido trazar una línea recta que me lleve directo a ti, sin escalas, sin palabras, una línea que me lleve a ti, que solo sea de un sentido, que no haya un camino de regreso, ningún obstáculo. Encuentro el punto de partida que empieza en este pobre corazón que sigue latiendo, pero no encuentro el punto final de esta recta, no encuentro tus sentimientos, no te encuentro en ningún lado y esa línea nunca termina de trazarse.

¿Alguna vez empezó algo? La razón me dice que no, solo fueron platicas nocturnas, coincidencias en nuestros gustos y un falso destino en el que creímos pero... si todo es falso, si todo fue mentira, si nada sucedió porque tengo el cuerpo lleno de sentimientos, alegría, tranquilidad, felicidad y una pizca de triste, nostalgia y melancolía. ¿Cómo uno puede sentirse tan vacío estando tan lleno? Todo me invade, me siento de nuevo indefenso, desprotegido, solo... Escribo mientras lloro, escribo mientras la tinta se va borrando conforme van cayendo las lágrimas, haces lo mismo cuando escuchas tus canciones favoritas, pero... ¿Lloras por mi o por la letra? ¿Me recuerdas cuando te sientes sola? ¿Me recuerdas? Tu silencio se vuelve mi silencio, porque aunque hable, aunque grite mis palabras ya no tienen eco, ya no resuenan en ningún lado, le hace falta tu voz a mi voz, me haces falta.

Porque me torturo con esto, porque debiste aparecer en mi vida como un amor perfecto, algo inalcanzable como diría Platón, me siento feliz de haberte encontrado y creer que algún día chocaremos en el zócalo y descubriremos que siempre estuvimos más cerca de lo que pensamos, que hay un lugar ahí en la noche para nosotros, convertirnos en una estrella y alumbrarnos en nuestras tinieblas, morir tiernamente uno alado del otro teniendo la paz de haber vivido como quisimos y no como pudimos, pero estas distante, lejana, indiferente ante el dolor que tu ausencia me provoca y tu única solución para este pequeño problema no es una solución, sino otro problema porque me dices que me quieres y que lo mejor es alejarte y dejar de desgastarme en la espera de que este sueño se cumpla, no lo entiendo, no te entiendo. Dudas aparecen como espuma en las olas, extraño tus palabras, tus chistes pero tú puedes pasar semanas sin saber noticias de mí y vuelves tranquila, no me molesta esperarte, sino que cuando llegues actúes como si nada hubiera pasado, como si nunca te hubieras ido.

Quise despertar de este sueño, salir de la cama y caminar en la fría mañana hasta encontrarte, saber que existes, que respiras y que sueñas en despertarte, salir de la cama y caminar en la fría mañana hasta encontrarme pero no podemos, no podemos despertar y conforme va pasando la noche este sueño se convierte en pesadilla donde tu figura efímera y borrosa va desapareciendo y corro, te busco, no te encuentro y tampoco puedo despertar, dulce sueño que fue tan largo que nos asqueo, nos cansamos de que solo fuera eso, un sueño.

Todos leemos para encontrarnos en páginas, eso me pasa cuando leo tus poemas, quiero saber si sigo dentro de ti, si escribes para mí, si todavía me amas pero ya no escribes poemas, ya no me escribes y poco a poco voy entendiendo tu mensaje, abandonamos todo esto, pedimos una tregua, levantamos nuestra bandera blanca y regresamos a nuestras trincheras dejándole todo lo demás a las estrellas.

Coleccion de cuentos olvidados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora