ESS#2

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Aterrizo en la noche, brumas de recuerdos rodean los años perdidos entre tú y yo, décadas de saludos y despedidas solamente, efímeros momentos y sonrisas gratas. En el fondo me lo merezco, sí que me lo merezco. Pero que podía decirte si me marchaba cuando te empezaba a conocer, que dirías tú ante las palabras insensatas de un joven enamorado, que con el tiempo no ha conseguido olvidarte. Aterrizo en la noche, pareciera que estoy ciego, o que lo estuve, no, no lo estuve porque pude ver en ti lo que siempre quise ver en alguien y por primera vez no es imaginación, no es sueño. Pero que podía decir si los dos sabíamos que el camino era diferente, y en esas tardes cuando éramos jóvenes sentíamos que nada nos pertenecía, que allá afuera estaba el mundo que queríamos conquistar. Buscarte y encontrarte, pero no en mí, buscarme y encontrarme pero dentro de ti. Sueños fugases y tardes largas, por las noches susurro tu nombre y solo llegan recuerdos, no piensas en mí, tampoco en nadie, solo piensas en ti, en tus sueños que pronto están por cumplirse, cortar el listón y abrir esa puerta, pero no a ti, sino a todos. Sueñas con el público de pie, aplaudiendo cada uno de tus logros, sueñas con llegar a la cima y clavar tu bandera, que el mundo entero sepa que estás ahí. Y yo solo sueño contigo. ¿Qué podía decir? Todas las palabras hubieran sido incoherentes e inmaduras, y lo era a esa edad pero si te hubiera dicho lo que sentía no estarías ahí sentada en la terminal leyendo las sagradas escrituras mientras esperas mi llegada, y todo pareciera que se repite, que una vez voy a tener la dicha de compartir contigo unos momentos antes de que te alejes por meses, o años. Buscarte y encontrarte, pero no en mis sueños y pensamientos, no en esa única foto donde los dos sonreímos, la guardo en el cajón de la cómoda para que las visitas no pregunten por ti, porque no sabría que responder, que fue lo que fuiste, o lo que eres, de donde venias, o porque te vas. Buscarte y encontrarte, frente a mí, un abrazo y otra fotografía. Querida, cada vez que veo nuestra fotografía me dan ganas de ir al bazar de la ciudad y comprar esa televisión antigua que el dueño asegura ser una máquina del tiempo, si, como quisiera viajar en el tiempo, ser la primera persona que te mostro el mundo, la persona con que conociste los caminos del subterráneo y los parques de la ciudad, como quisiera regresar el tiempo y ser el dueño de cada una de tus sonrisas. Pero estamos aquí, decimos bromas y nuestra risa suena tan infantil como lo eran en esos tiempos, seguiste tus sueños y yo los míos, y no todo es tan malo porque al final estamos aquí los dos, haciendo la parada al taxi para subirnos e ir a casa. Pero que ibas a decir cuando te dijera lo mucho que deseaba estar cerca de ti, escuchar tus sueños y formar parte de tus viajes, que ibas a decir si la noche después de la graduación me presentara a tu casa con un ramo de flores, de seguro tu perro me hubiera mordido y tu tratándome de consolar con tu risa, te hubiera abrazado o puede que nunca hubieras abierto la puerta. De seguro tu madre lo pensó cuando me vio, porque no sonreímos y con nuestro silencio pactamos, ella me dejo amarte en secreto, ella no me dijo que tú también sentías lo mismo que yo y nunca entendí la sabiduría de tu madre hasta ahora. Que dirías si leyeras mi mente en aquel momento cuando no sabía lo que estaba buscando y nuestras miradas se encontraron en el mar de gente, entonces sabíamos a donde debíamos ir, hacia nosotros, y caminamos en la misma dirección para abrazarnos, y miras la ventana del taxi esperando algo más que esta nieve que cae del cielo, miras la ventana del taxi mientras yo te miro a ti, y no te imaginas que recuerdo el día de nuestra graduación, una amiga se atravesó y me saludo, esperaste tu turno, hubieras sonreído de la misma manera en la foto al saber que no pensaba en ti al día siguiente, que no te imaginaba conmigo al mes siguiente, ni al año siguiente, ni en la década siguiente, sino que nuestro amor se guarda para la vejez, al concluir todos los sueños que de jóvenes construimos me di cuenta de cuanto te quiero, pues tú fuiste el sueño que más tarde en construir, te quiero tanto en estos momentos, te anhelo tanto cuando miras el mundo y te asombras de lo hermoso que puede ser, y yo me pongo detrás del cristal para solamente observarte, y tú me miras, pero solo como un pisapapeles, algo inútil que solo sirve para sostener las cosas que el viento se puede llevar, te tomo de la mano, y te das cuenta de que estoy aquí, siempre estuve aquí, se detiene el taxi, pago y salimos por la puerta que después cierro, pero no logro cerrarla, la vuelvo abrir y la azoto. Sonríes, y recuerdo esa sonrisa, cuando me veías en un lugar donde no esperabas, cuando escuchabas algo que no creías, recuerdo ese abrazo, ese aroma, ese hermoso vestido azul que llevabas puesto, te ignore por tanto tiempo esperando no encontrarme con este sentimiento, caminamos por la acera, es de noche, imagino estos mismos pasos años atrás regresando de una fiesta universitaria a nuestro departamento, fuimos a universidades de diferentes estados, pero que bien nos la pasamos en esa fiesta sacada de mi imaginación, todo el mundo nos aclamaba, pero al ser jóvenes y tontos nuestra relación no duro, que bueno que no fuimos a la misma universidad, hubiera reprobado las materias mientras cruzaba pasillos entre facultad y facultad para tener un encuentro casual contigo. Conseguimos lo que queríamos, pero con los años sentía algo que me faltaba, todos los prestigios profesionales, todos los reconocimientos que recibía se sentían vacíos por la ausencia de alguien en el público, aplaudiendo y sonriendo, esperando que el evento terminara para poder regresar a casa. Y por fin regrese a casa, abres la puerta, sonríes una vez más y dices "Gracias por esperar".

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2016 ⏰

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