Treinta y dos

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-Hogar dulce hogar ¿no?- la señora Park cocinaba algo delicioso para su hijo mientras este la miraba con nostalgia desde el comedor. -Ya me acostumbré a vivir en otra ciudad pero no hay un lugar como casa. Esta vez sólo volví para atender a mi prima, pronto se casará, pero creo que deba volver a casa más seguido.- su madre continuaba hablando pero Jimin no era capaz de prestar atención. -Tu padre se sentiría muy solo tal vez si hiciera eso. ¿Verdad Jimin?-

-¿Eh?- el chico la miró desconcertado. -Ah, si.- asintió sin saber el porqué.

-¿Por qué estás en las nubes?- preguntó ella cálidamente mientras lo miraba con una divertida expresión. -Ayúdame a poner los platos.

-Si.- el chico se levantó perezosamente y ayudó a poner las cosas en la mesa

"No me pregunto por que vine a casa, el sonido familiar del cuchillo de cocina, mamá volvió y el olor del horno... Siento que mi vida en Seúl fue sólo un sueño".



...



-¡Jimin!-

Seung caminaba feliz por la escuela ese día en la mañana acompañado por un somnoliento Jimin tras él.

-¿¡Ese es Jimin!?- se escuchó entre los antiguos compañeros de chico.

-Tanto tiempo sin verlos.- saludó él bajito a sus amigos y amigas cuando finalmente llegó a su antigua escuela.

-Deberías habernos dicho primero que planeabas volver.- se quejó una de las amigas de Jimin.

-Lo siento, fue repentino.- Jimin entró al salón y se sentó a conversar con sus amigos.

-¿Cómo está tu mamá?-

-¿Cuánto tiempo vas a quedarte aquí Jimin?- sus amigos no paraban de hacer una pregunta tras otra, abrumando al bajito y sin saber que responder primero.

-No lo he decidido aún pero no será por mucho tiempo.- respondió encogiéndose de hombros. "De alguna manera siento que soy el chico popular de la escuela".

-Ahora que lo recuerdo. Todos están planeando ir al nuevo centro comercial hoy- uno de sus amigos habló con emoción y todos asintieron.

-¿Centro comercial?- preguntó Jimin sin verle lo emocionante.

-Si, se ha terminado hace poco en el pueblo vecino. Hay nuevas cabinas de fotos y centros de shopping también.-

-Ah, pero Jimin no está interesado en ese tipo de cosas ¿no?-

-¿Eh? ¿por qué no? No importa vayamos.- respondió Jimin tratando de ocultar su emoción por volver a salir con sus amigos. -¿Qué?- preguntó el chico al ver como todos lo miraban asombrados.

-¡Pero antes no estabas interesado en nada que no fuese comida o cosas del mar! ¿¡recuerdas!? ¡No puedo creer que aceptaras inmediatamente las cabina de fotos y centros de shopping!-

-Eh... pero no me refiero...-

-¿No hablas enserio verdad?- interrumpió uno de los chicos a Jimin aún sorprendido.

-Bueno, tal vez porque siempre voy a ese tipo de lugares con mis amigos en Seúl.- dijo él recordando a Namjoon, Jackson y Tae. -Sería raro que dijera que no quiero ir.

-Has cambiado de alguna manera Jimin.- dijo uno de sus amigos.

-¿Eh?- Jimin lo miró sin comprender.

-No sé como decirlo pero, antes de que te transfirieras de escuela siempre estabas solo y nunca te unías con nosotros para ir a algún lugar a pasar el rato. Es por eso que sentimos que has crecido un poco.-

-Pero no significa que no nos agradaras antes.- dijo rápidamente otro chico para que Jimin no lo mal interpretara. -Después de todo nunca querías salir a menos que fuera necesario.-

"Has cambiado" se permitió otra vez.



...



"Han pasado 3 días desde que me fui de Seúl y he apagado mi teléfono desde entonces" Jimin recostado sobre su cama miró el aparato y suspiró. "Me pregunto si Tae y los otros estarán preocupados por mi".

-Jimin.- su madre lo llamó desde el comedor. -Ya es hora de cenar.-

-¡Voy!- el chico se puso de pié hambriento y bajó las escaleras casi corriendo.

-¿Como estuvo tu escuela?-

-Fue divertido. Fui a una cabina de fotos con mis amigos.-

-¿Enserio?- preguntó su madre mientras servía un poco de sopa en uno de los platos. -Me alegra escucharlo.-

-¿Eso es sopa de mariscos?- preguntó el bajito mirando detenidamente el plato.

-Si lo es.- afirmó su madre sonriente. -Tu favorito ¿verdad?-

-¡Si!- exclamó su hijo feliz. -No me importa si aumento de peso, después de esto. ¿Tenemos un poco de salsa para acompañar?-

-Si, si tenemos. ¿Comiste algunos mariscos también en Seúl?-

-Nop.- el chico negó mientras comía ansioso su plato. -Ha pasado un tiempo desde la última vez que comí algo como esto porque el tío odia los mariscos.-

-Gracias a dios.- la señora Park acunó el rostro de su hijo con ambas manos y sonrió. -Parece que estás disfrutando tu vida en Seúl. Estoy aliviada ahora.-

Jimin miró a su madre por unos instantes antes de bajarla con tristeza. -No mucho, no siempre fue diversión. Recientemente hubo algo que me conmocionó mas que nada. Estaba muy solo, incluso dejé la casa antes de hablar con el tío. No sabía que hacer.-

-¿Es así?- su madre lo abrazó con cariño para consolarlo. -Per si realmente no sabías que hacer, no habrías venido aquí con sólo un pequeño bolso.- ella miró a su hijo y sonrió. -Si realmente estabas desesperado habrías traído un bolso más grande y me pedirías que vuelva contigo. Tu mente tal vez no sepa que hacer, pero tu corazón si.-

"Mamá" Jimin se aferró aún más a su madre sintiéndose feliz de estar junto a ella en esos momentos.

Repentinamente el timbre sonó, obligándolos a separarse.

-¿Quién podría ser a esta hora?- se preguntó la mujer y Jimin se puso de pié.

-Iré a ver.-

El chico caminó hasta la puerta y la abrió sin prestar atención a quien se encontraba tras ella.

-¿Si? ¿quien es?- Jimin levantó su rostro y sus ojos se abrieron grandes al a aquella persona tras la puerta de su casa.

-Has estado ausente por 3 días.- se quejó Yoongi con algo de molestia. -vine aquí para darte los apuntes impresos.-

-Am. ¿Estoy alucinando?- Jimin pellizcó su piel esperando despertar de aquella extraña alucinación repentina.

-Como si lo fuera.- se quejó otra vez yoongi. -y no me mires como si fuera un fantasma.-

-¡¡Espera ahí chico patata!!- la voz de Taehyung se escuchó a lo lejos cargada de enfado obligando a ambos chicos a mirarlo. -¿¡Por qué apagaste tu teléfono!? ¡ y si algo te había pasado idiota!- Taehyung se acercaba hecho una fiera junto con alegre Namjoon y Jackson y un desconsolado Jin, quien no había parado de lamentarse desde que el bajito se marchó de Seúl.

-¡Jimin tanto tiempo sin verte!- exclamó Namjoon.

-¡Uwaa tienes una gran casa!- comentó Jackson asombrado.

-¡Jimin!- Jin se acercaba hasta el menor mientras lloriqueaba una y otra vez su nombre.

Y simplemente Jimin no podía creerlo. No podía creer que aquellas personas estaban ahí por él.


Continuará...

Rain of starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora