prologo

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Me llamo Francia, tengo 15 años recién cumplidos aún estoy cursando la secundaria. Como toda estudiante de Managua luego de mis clases me voy con mis amigos de camino a mi hogar. Tengo la suerte de que mis mejores amigos vivan sobre la misma cuadra que yo vivo.

Soy enemiga del sol. Cada que salgo de clases aligero el paso para llegar a mi casa, el sol de las doce del mediodía creo que no es amigo fiel de nadie. Al llegar a mi casa lo primero que hago es deshacerme del uniforme escolar. Vuelo la falda sobre una percha y mi camisa la mando al cesto de la ropa sucia. Cuando al fin estoy cómoda paso al cuarto de mi mama.

Petra. Es el nombre de ella, para mi es el nombre más bello que pueda existir. No hay mujer más linda que mi madre; recuerdo que cada que llegaba de clases ella me esperaba en la cocina "ya va a estar el almuerzo!" me gritaba al verme entrar. Tenemos una casa muy grande si mi mama se tardaba cocinando era debido a que le encantaba que la casa estuviese impecable. Mi madre era casi una obsesiva en la limpieza todo tenía que estar en un orden.

Luego que me terminaba de arreglar me sentaba junto con ella a la meza para almorzar juntas y contarnos de lo que nuestro día había sido. Mi mama siempre fue una mujer muy risueña que veía el lado cómico de cada palabra y cada situación que le contaba. Me encantaba platicar con esa mujer contarle mis deseos, compartirle mis secretos, platicarle de amores. Cada concejo que ella me daba era una enseñanza de vida que jamás era errónea; su mirada parecía contener los secretos del mundo ya que cada situación parecía estar en ella con una solución adecuada.

El día que mi mama fue diagnosticada con cáncer terminal todo eso término, la vida salió de su cuerpo el mismo día que el doctor le dijo que tenía solo unos meses de vida. Por más que rogó y rogó a la virgen ella nunca la escucho.

Mi papa contrato una enfermera personal la cual cuidaba de mi mama durante el día y la noche. Maritza era una enfermera salida de una película porno, jamás había odiado a alguien tanto como la odiaba a ella ya que sabía que durante las noches se encargaba de cuidar a mi papa. No desvariaba por que la había visto como su subía su uniforme para engancharse en la ingle de mi papa.

"no finjas que sientes pesar por mi mama!" (Le reclame un día en el patio de la casa) "usted no sientes pesar por nadie! No puede esperar al menos a que mi mama este en la tumba! (mi papa con la vista baja solo escucha mis reclamos llenos de lágrimas) digame que por que no espera a que muera?!" "Francia cierra la boca!" (Me dice al dar la mirada al segundo piso de la casa. Claro que quería que me callara, la enfermera desde la ventana del segundo piso nos veía discutir)

La tensión de lo que ocurría en mi casa me tenía al borde de un espasmo facial (no sé si eso es posible pero me sentía muy mal). Un día de clases me sentía tan mal que falle en una de los exámenes orales que debía completar para mi último parcial. El profesor se enojó tanto conmigo que me dejo en vergüenza frente a toda la clase resaltándoles lo irresponsable que era.

La risa de una de las compañeras que más podía odiar fue la cereza que necesitaba en mi pastel. Jamás me había sentido tan furiosa en mi vida, estaba tan molesta que corri sola a mi casa aun cuando mis amigos me gritaban que los esperara. Sabía que ese día estaba por ponerse peor.

Mi corazón me dolía tanto estaba tan afligido y lleno de rencor solo quería ver a mi mama. Ella aun con su cuerpo casi sumido en los trapos que usaba, siempre tenía una sonrisa al verme. Cuando entre a la casa note que el auto de mi papa estaba afuera. Al llegar al cuarto de mi mama alcanzo a ver a Maritza quitando una almohada de la cara de mi mama.

"que estás haciendo!" me le acerco con fuertes reclamos. "le quito la almohada de la cabeza. Francia, tu mama falleció!" al escuchar esas palabras mi mirada se clava en la puerta del cuarto en la cual mi papa con lágrimas en los ojos me ve con una triste expresión facial.

"no es cierto! No es verdad! Vos la mataste! Yo te vi ponerle la almohada en la cara! Vos la mataste!" "De que hablas?! Le quitaba la almohada!" (Me reclama de inmediato).

"Francia tu mama falleció hoy en la mañana!" (Me dice mi papa). En ese momento todo vino a mi mente, no sabía si llorar, si gritar de furia, si correr de desesperación. No comprendo porque la imagen de sexo que mi papa tuvo con Maritza vino a mi mente.

Dicen que un momento a otro tome una de las agujas que Maritza usaba para inyectar a mi mama y apuñale varias veces a Maritza en el pecho. Mi mama no murió, a mi mama la mataron.

Como Maritza sufrió daños físicos intento interponer una denuncia contra mí. La semana que le siguió fue la más estresante. El entierro de mi mama, las habladurías de la gente, el enojo de mi papa por su amor truncado con Maritza. Mi mama era un fiel católica y mi papa era un ateo de primera, en que creía yo? A quien acudía en mi dolor? Al diablo? La virgen?. Los odiaba a todos solo quería estar en silencio, lejos de cada una de las personas que me rodeaban.

Para que Maritza no interpusiera la denuncia mi papa decidió mandarme lejos de ellos. Lejos de Managua a un centro de reincorporación juvenil ya que un estúpido psicólogo me había diagnosticado con un caso critico de depresión, solo por el hecho de haberme vuelto más molesta, sensible, odiosa y llena de palabras de desprecio.

Cuando pensé que las cosas no podían estar peor la vida me mando a ese centro de reincorporación juvenil y así empezó mi visita al infierno.

AD FINEM VOL. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora