CAPITULO 2

7 1 3
                                    


Al caer la noche Francia despertó de un sueño reparador. Había tanto silencio en la habitación que se podía escuchar el trueno de las alas de una mosca, por un momento Francia no recordó donde estaba. Su mirada reparo la habitación a detalles hasta dar con la cama conjunta, en ella vio a Lidia la cual sentada en la cama se abrazaba a su gran oso de peluche y se maravillaba con el resplandor de la gran luna llena que en esa noche había.

"Lidia. Porque estas tan callada?!" la jovencita si estaba muy callada y en su mirada un vacío profundo se contemplaba ante la luna, la joven lentamente dio su mirada a Francia "Cada que Marlon me da un calmante para controlar las ansias me pongo así! No me gusta ese calmante, no me deja correr rápido!" decía casi arrastrando sus frases.

Francia se levantó de su cama y para colocarse frente a la joven. "Debe de ser un calmante muy fuerte!" pensó Francia al pasar su índice frente la vista de la joven sin tener respuesta alguna. "Porque correrías?!" "aún no lo sabes? Pronto lo sabrás!" lidia se dejó caer de espaldas en la cama casi inconsciente, en eso la luz del cuarto se prendió golpeando la vista de la joven. "Ponte el uniforme blanco dentro del baúl y baja conmigo a la oficina de la perfecta!" escucho decir a Marlon.

La oficina de Eva era prácticamente en el sótano de la institución. La segunda vez que Francia paso por el mismo lugar cerca de la estatua de mármol no podía evitar el mismo calosfrió que le causo la primera vez que la vio.

La oficina de Eva era muy grande tenía dos estantes llenos de libros tras su escritorio en una de las paredes habían adornos y jarros de extraños colores y apariencias y en otra de las paredes habían casilleros llenos de información acerca de los pacientes. En medio de la oficina antes de llegar a los sillones justo frente a la puerta había un comedor de madera el cual estaba lleno de platos y vajillas con comida.

"Adelante Francia! Siéntate por favor!" le dijo recibiéndola con una gran sonrisa. Desde que la vio por primera vez Francia no podía evitar quedar impresionada ante tan bella mujer. Para esa cena especial Eva se había puesto un hermoso vestido color turquesa y había soltado su ondulado cabello sobre su hombro izquierdo, la azul mirada de la mujer se volvía aún más cautivante cuando marcaba sus ojos con un delineador negro.

"que bella que es!" pensó Francia. La elegante mujer no paraba de sonreírle, los que no las conocieran pensarían que Francia era una vieja amiga que Eva estaba feliz de reencontrar.

"cómo te sientes? Mas descansada?!" Francia esta vez sí contestaba a las preguntas con un "humm" o u simple movimiento de cabeza. Como si supiera o hubiese escuchado el estómago de Francia rugir, Eva le sugirió que destapara su comida para que empezaran a cenar.

"Estoy muy segura que tienes hambre! Descubre tu comida!" le decía con ansias. "no es mucha comida? Esperamos a alguien más?!" preguntaba un tanto incomoda. "Es la comida suficiente para ambas. Cuando Francia destapo su plato y descubrió la comida dio su mirada inmediatamente hacia Eva. Al instante múltiples recuerdos volvieron a la mente de Francia, recuerdos en los cuales veía a su mama durante todos sus años de primaria y secundaria esperándola a la meza con un buen plato de su comida favorita.

"Es.. Como supo mi comida favorita?!" "soy una bruja!" (Contesto sonriente) "Oh simplemente le pregunto a mi papa!" (Respondió Francia con una inmediata expresión de desprecio) "Eso también pudo ser! Porque no la pruebas?."

Francia tomo el tenedor y llevo el primer bocado a su boca. Cuando sus papilas gustativas se pusieron en contacto con la comida, el corazón de Francia se aceleró de una manera increíble, la joven se llenó de impresión al comprobar lo deliciosa que estaba la cena. "esta.. esta.. Muy parecida al sazón de mi mama!" la joven empezó a comer más rápido y con más fascinación como si la comida se fuese a gastar.

Eva con una sonrisa en sus rojos labios la veía como comía "Creo que hay que felicitar al chef!" dijo. En eso Francia soltó el tenedor dejándolo caer al plato, la joven aun con comida en la boca empezó a sollozar con dolor. Las saladas lágrimas saltaban al plato de comida enjuagando el dolor de sus ojos.

"De seguro ya va a empezar a decirme como todos los demás que debo de ser fuerte y que lo que paso no estaba en mis manos! Oh que la culpa no fue de Maritza y que actué como una lunática por atacarla!" le reclamaba molesta mientras la comida semi masticada caía de su boca.

Eva no se preocupó por la reacción que la joven tuvo. tomando una copa de meza vertió un poco de vino y se lo ofreció. "vino?!" pregunto confundida "Es solo un poco para digestión no te va a emborrachar!"

Francia se calmó un poco luego de tomar la copa de vino y ya más relajada continúo comiendo. Los recuerdos tristes se volvieron en remembranzas de lo vivido y esa noche durante esa cena su corazón no dolió más. Eva no pregunto nada a la joven, Francia no menciono una palabra solo comió y comió.

Cuando ya acabo con toda la comida que sobre la meza había Eva alzo la copa al aire y aun con su plato a la mitad le deseo buenas noches. Francia le sonrió y sin decir más se levantó de la meza y salió de la oficina para luego ser escoltada de regreso a su cuarto.

Eva termino de tomar su copa de vino y de manera muy pensativa se recostó sobre la silla viendo fijamente a la puerta de salida de la oficina. Cuando Francia iba de camino a su cuarto no comprendía porque Lidia había causado esa impresión errada hacia Eva ya que ella sentía que fue una cena muy placentera.

Cuando Francia entro al cuarto Marlon cerró la puerta tras ella y se fue del pasillo. Lo primero que hizo Francia fue dar la vista a la cama de Lidia para ver si estaba despierta pero su impresión fue no notarla para frente a la ventana.

La luz menguante de la luna aun entraba por la ventana llenando la habitación. "Lidia que haces despierta a esta hora?!". La jovencita no respondía ante la pregunta de Francia y esta la repitió dos veces. "de seguro es el efecto del calmante que toma! La vuelve sonámbula. Como es posible que la mediquen de esa manera!" se dijo así misma. Francia se acercó lentamente a su compañera y tomándola con delicadeza le decía al oído que no era hora de estar en la ventana.

"Vamos hay que descasar! Ya es tarde para que estés despierta! Veni!" Francia trato de llevarse a Lidia a la cama pero en eso la jovencita empezó a poner leve resistencia y hacer murmullos. "Lidia vámonos! Vamos a dormir!" por mas palabras suaves que usara Lidia no obedecía. Hasta que Francia noto que Lidia tenía la vista fija en un punto en específico.

La joven dio su vista a la ventana intentando encontrar que era el punto que Lidia veía con tanto detenimiento. A través de la ventana se podía ver parte del otro recinto del edificio, la vista de Francia fue pasando por las ventanas del segundo piso una por una pero al llegar al final del mismo, el corazón de la joven se llenó de horror y su piel se erizo de pies a cabeza. Sobre el filo del muro había una mujer vestida de blanco la cual la estaba viendo fijamente, la figura de la mujer era lo suficientemente alta como para alcanzar el segundo piso desde afuera sin ninguna dificultad. Lentamente al chocar miradas con Francia el gigante espectro se fue ocultando lentamente tras el muro del recinto hasta perderse de la vista de la joven.

Francia empezó a temblar y sentir las pantorrillas muy pesadas debido al horror que sentía, la joven lentamente dio su mirada a través de la habitación ya que de pronto ya no se sentía tan sola en la oscura habitación. Una vez que confirmo que no había ninguna otra figura tras ella el rostro de la joven quedo frente al de Lidia, la cual al verla horrorizada empezó a soltar una leve risa que se fue tornado histérica.

"Lidia por favor ya no te rías!" pensó Francia mientras que el temor que sentía la hacía bajar la mirada. La risa de Lidia fue menguando de la misma manera de la que empezó, el cuerpo de Lidia empezó a caer rendido en los brazos de la joven y así lentamente sin dar ni un vistazo a la ventana Francia llevo sus cuerpos a la cama.

AD FINEM VOL. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora