Parte 1

278 18 3
                                    

Dani salió del colegio y siguió a pie hasta su casa con el grupo de amigos de siempre. Del otro lado de la calle avistó a Bernardo, su vecino. Fueron amigos cuando niños, pero ahora estaban tan diferentes... Él siempre andaba con playeras de banda, pantalones rotos o de colores, pulseras de piel, converse viejos... Quizá aun tuvieran algo en común, después de todo, Dani recordaba cómo los dos parecían inseparables en el pasado, pero que la vieran con él sería lo peor que le pudiera pasar. Dani por fin había logrado llegar al status con el que siempre soñó. Andaba bien vestida y la veían con los alumnos más bonitos del San Valentín. Y Bernardo simplemente no podía ser parte de este grupo. Dani, al contrario, no podía arriesgar un cambio, considerando que llevó mucho tiempo para llegar a donde estaba. Entonces ella siguió caminando en dirección al condominio donde vivía, con una enorme sensación de culpa.

No por la situación con Bernardo, pero por las payasadas del almuerzo. Como hacían todos los viernes, Dani y sus amigos fueron a almorzar en el restaurante en frente al colegio. Ella había prometido controlarse... Después de todo, no era como si tuviera alcanzado el cuerpo de 58 kg con facilidad. Todo el exceso de comida le hacía sentir culpable. Y ella sabía como hacer que desapareciera esa sensación...

Llegó al condominio y saludó al portero con un rápido hola. Su casa no estaba muy lejos de ahí, entonces trató de ir más rápido cuando sintió las primeras gotas de lluvia cayendo del cielo. Bernardo estaba luego atrás. Al contrario de ella, él no trató de caminar más rápidamente. Siguió ahí, aprovechando la sensación que sentía mientras caía la lluvia sobre su piel. ¡Él no conseguía entender como su mejor amiga había cambiado tanto! En todos los aspectos, en realidad. El cuerpo lleno de curvas – que siempre admiró, incluso – había sido sustituido por un cuerpo demasiadamente flaco. Ella, que en general usaba ropas flojas y tenis, ahora parecía una Barbie hipster lista para la fiesta. El sonido alto y divertido de su risa ya no se escuchaba. Ahora ella solamente sonreía de una manera dulce y contenida, dos adjetivos que, en el pasado, jamás podrían ser usados para describir a su mejor amiga.

Uno nunca está soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora