Ya sabéis que vengo a disculparme; estoy hasta arriba de trabajos y exámenes finales y en lo personal tampoco ha sido muy buena semana así que, aunque he intentado sacar tiempo de todos lados, me ha sido imposible actualizar antes.
Os prometo que en un par de semanas, cuando esté más desahogada, os compensaré con creces.
Podéis comentar y os agradecería si me ayudáis a difundir el fic por las redes sociales o si se lo comentáis a algún amigo (si no lo hacéis os querré igual). Gracias por todo el apoyo que me dais, sois tremendamente increíbles y todo esto lo hago por vosotros. Os adoro.
Sentí mis pulmones hincharse y un fuerte pinchazo recorrerme todo el cuerpo, tenía los músculos totalmente entumecidos y no sabía dónde me encontraba ni qué había pasado. Lo último que recuerdo es que Lexa me estaba pasando el aire de la bombona a través de sus labios, después todo se volvió negro y me dormí. Respiré de nuevo. ¿Cómo es posible que esté respirando? Las preguntas se agolparon de pronto en mi cabeza pero no me sentía en condiciones de buscar las respuestas en estos momentos. Su voz familiar me llamaba, tomé otra bocanada de aire y me giré para verla.
-¿Clarke? ¡Clarke! - me zarandeó con nerviosismo pero de manera delicada.
-Vale vale, estoy bien - levanté las manos para separarla un poco de mi cuerpo, aún no me encontraba bien.
-Intenté pasarte aire pero la bombona estaba medio vacía. Me desvanecí unos minutos después que tú y de pronto el aire comenzó a fluir de nuevo por los conductos.
-¿Ha sido tu gente? - Me miró dubitativa - Quiero decir, nuestra gente - asintió.
-No lo creo, ellos no han podido hacer nada desde aquí, ¿tu madre quizás?
-No, la vigilan las veinticuatro horas del día, está con las manos atadas.
-Está bien, debo volver a la sala pero puedes quedarte aquí si quieres.
-No, voy contigo.
-¿Puedes moverte?
-Sí, no pasa nada - al incorporarme me maree y acabé tambaleándome, de no ser porque Lexa me sujetó habría acabado besando el suelo.
-Tranquila, te tengo - pasó su brazo alrededor de mi cintura y me agarró con firmeza - No tienes que ir si no quieres.
-Tengo que cumplir con mi deber como Wanheda - asintió con sus ojos llenos de sorpresa, pude ver una chispa de felicidad en ellos pero ambas sabíamos que no era el momento de hacer preguntas - No voy a dejarte sola.
Caminamos en silencio hasta la puerta, acomodó su paso al mío para que no me fatigase demasiado porque el aire aún no entraba al cien por cien así que me estaba costando recuperarme más de la cuenta. Lexa se paró cuando llegamos a la sala y me miró.
-Gracias, Clarke.
-No hay de que, Comandante - sonrió a medias y abrió la puerta, su semblante se puso serio nada más entrar.
-¿Y bien? - Indra se acercó con paso ligero al verla entrar.
-Todos estamos bien, Heda.
-¿Octavia? - la aludida se encogió de hombros
-Mi vida se basado en la escasez de oxígeno, no ha sido muy complicado.
-No te hagas la dura O, has pasado el mismo miedo que yo.
-Cállate la boca Raven - ambas rieron y yo también lo hice con ellas, la situación era graciosa. Lexa giró su cabeza para mirarme a hurtadillas - Heda, no sabemos quién ha reabierto de nuevo los conductos.
