18.- Amor Y Condiciones.

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Tendido sobre la cama, a reflexiono sobre lo que acabo de hacer con Mitch hace unos momentos. No me pregunto si hice bien o mal, más bien medito acerca de lo bien que se sintió. Mitch tenía algo de razón de que es como hacerlo con una chica, pero solo algo pues el cuerpo de un chico es muy distinto al de las chicas. El ruido de la regadera se detiene, y sé que no tardara en volver. ¿Cuántas veces tuvo que hacer eso Mitch para hacerlo con tanta facilidad? Basta, Nash no tiene caso que pienses en eso.

.- gracias por dejarme usar la regadera.- me dice, cuando entra a la habitación. Yo termine de usarla unos momentos antes.

.- no es nada.- le digo, mirándolo. Mitchell solo trae una toalla alrededor de la cintura. En su piel aún se nota el moretón que le ocasiono ese sujeto.- ¿Qué haces?- pregunto al ver que se ha puesto los bóxer y se dispone a ponerse los pantalones.

.- ¿eh? Bueno, iré a mi casa...- ah, claro. Mitchell hacia esas cosas con otros, detalles como el que no me quisiera besar al inicio o esto me hacen tener muy presente su trabajo, y me molesta pensar en eso. ¿Con cuántas personas estuvo antes?

.- quédate.- le pido, abrazándole por atrás y besando su hombro. Su piel huele a jabón y el olor de mi shampoo me inunda.

.- ¿quedarme? Uh... pero ¿Enzo? ¿No tendrás problemas por...?- le interrumpo, poniendo mis dedos en su labios.

.- quiero estar contigo.-

.- padre tonto.- murmura, pero sé que esta avergonzado porque puedo ver sus orejas rojas; cuando sube los pies a la cama, sé que se quedara. Se acurruca contra mí, mientras me recuesto. Sé que aún hay muchas cosas que hablar y arreglar, pero en estos momentos no creo que pueda pensar en algo más. Siento un tranquilo aturdimiento, por lo que solo me quedo ahí, sintiendo el calor de la compañía de Mitch... es tan tarde y estoy tan cómodo que no pasa mucho para que me quede dormido y cuando la alarma suena, varias horas después siento que no he dormido más que unos minutos. A mi lado Mitch sigue dormido casi encima de mí, ajeno al ruido de la alarma. No quiero despertarle, pero tengo que levantarme.

.- Mitch...- le parto el cabello de la cara, pero él sigue completamente dormido. Le llamo varias veces más, y hasta que no le muevo un poco es que abre los ojos.- tienes el sueño muy pesado.- le sigo sonriendo. Es muy lindo verle aún medio dormido, y no puedo evitar acomodarle un poco de cabello tras la oreja mientras se levanta un poco, dejándome libre.

.- ¿Qué hora es?-

.- casi las seis.- un gemido escapa de sus labios, mientras se deja caer en la cama de nuevo. El repentino gemido me hizo recordar la noche anterior, como si no pudiera sacármela de cabeza sin ayuda.

.- ¿estás de broma no? Demasiado temprano...- balbucea contra la almohada. No puedo contener una risa.

.- lo siento, tengo que ir a trabajar y llevar a Enzo a la escuela.- le respondo, ya levantado. Hace tiempo que no duermo con alguien y resulta un poco extraño que ahora sea un chico el que está en mi cama. También me siento cansado por la desvelada, pero no puedo faltar al trabajo ya habrá otras ocasiones para permanecer en cama... ¡ah! ¿Pero que estoy pensando? Bueno, supongo que ahora esto no es tan raro, estar con Mitch me refiero. La perspectiva de que vuelva a pasar algo como lo de hoy me resulta agradable. Me he estado vistiendo con estos pensamientos, cuando me giro, lo primero que veo son los ojos de Mitch clavados en mi.- ¿Qué pasa? Creí que dormías.-

.- es la primera vez que amanezco con alguien.- parece pensativo.- siempre me voy cuando acaba. No esta tan mal quedarse.-

.- ¿no tan mal?- pregunto, arqueando una ceja. Sus últimas palabras rompieron el encanto de las primeras.

Si No eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora