5.- Mi niñero

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El momento del día que más odio es cuando tengo que volver a casa... el motivo esta a un lado de mi casa.

.- mocoso...- de nuevo, soy arrastrado a la casa de Mitchell, el vecino con el cual mi papá me está dejando.

.- ya te dije que no me llames así.- es muy molesto que no me haga caso. Siempre hace lo mismo y termina burlándose de mí.

Yo soy Enzo, y mis maestros dicen que soy muy inteligente. Vivo solo con mi papá en una casa pequeña y en la que no tenemos mucho tiempo viviendo. No hay muchos niños con los que pueda jugar en esta nueva casa y por eso no salgo mucho. No me gusta que se burlen de mí, también por eso no busco mucho a los niños, algunos niños se ríen de mí porque mis ojos son de distinto color. Papá dice que eso no me hace diferente a las otras personas.

.- ¿sí? Da igual. Estoy cansando de que hagas lo mismo a diario ¿y dónde está la niñera que tu padre iba a conseguir?- la puerta se cierra, y yo tengo que quedarme dentro, esperando a que mi papá llegue. Estar en casa de Mitchell no es diferente a estar en la mía, aunque en mi casa papá habla conmigo. Aquí Mitchell se queda en su teléfono o viendo televisión. Papá me dijo hace unos días que me yo me parecía a Mitchell, pero no entiendo en que me parezco a él.- ¿Qué? ¿Por qué me estas mirando?-

.- no te miraba.- respondo, caminando a la mesa para dejar mis cosas. La casa de Mitchell es muy bonita, aunque él sea muy tonto.

.- si lo hacías.- ¿Quién quiere parecerse a él? yo no.- si sigues frunciendo el ceño te harás viejo pronto, pronto serás un anciano.-

.- eso es mentira.-

.- no, no lo es.- yo le hago una mueca. Mitchell se sienta y saca de nuevo su teléfono. Mitchell es guapo, y eso lo sé porque muchas niñas dicen esas cosas de los chicos que salen en la televisión y el parece un poco a uno de esos actores. Solo porque tiene la cabeza llena de aire. Desde que le vi en mi casa supe que no me caía bien, aunque me dio mucha vergüenza que me viera esa noche y pensara que soy miedoso, porque yo no soy miedoso y no me gusta que piensen cosas malas de mí.

Ha pasado ya un rato, y Mitchell sigue en el teléfono.

.-Mitchell.... Mitchell. - No me hace caso. Enojado voy hacia el sofá, donde Mitchell se queda solo acostado. Quiero gritarle, pero mejor solo le doy un golpe al teléfono. Me da risa ver que se le cae y le da en la cara.

.- ¿Qué...? ¿Qué carajos...? ¡Tú!- Mitchell se sienta, mirando a todos lados hasta que me ve.

.- tengo hambre.-

.- ¿Qué?-

.- que tengo hambre.-

.- te escuche la primera vez. ¿Acaso no comes en la escuela o algo así?-

.- no me gusta la comida de hoy. Quiero comer algo, papá siempre me cocina.-

.- pediré pizza.-

.- no quiero, he dicho que papá me cocina.- Mitchell me ve extrañado. A mí me gusta la pizza, pero no es bueno comer mucha comida chatarra.- cocíname.-

.- ¿estás de broma?-

.- se supone que debo comer comida nutritiva por qué debo crecer y estimular más mí...-

.- tú no necesitas que te estimulen nada.- dirijo una mirada fea a Mitchell, no me gusta que me interrumpan cuando hablo. Con un suspiro Mitchell se levanta y va a la cocina. A pesar de que su casa es muy bonita, yo me aburro porque no tiene ninguno de mis juguetes. Me encanta armar puzles aunque no puedo traer uno a la casa de Mitchell.

Si No eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora