Prólogo

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Se escucharon en las noticias aquellas fuertes y misteriosas palabras.

"Rumores se extienden por toda América, tras el accidente de el joven Paul McCartney, integrante de Los Beatles, se teoriza que susodicho no es él, ¿qué quiero decir? ¡Qué está muerto! Aún no se tienen pruebas suficientes, pero él asegura que es una completa mentira. Aún no se consiguen los suficientes argumentos para decir que esta muerto, ¡seguiremos informando...!"

Alex se levanto de la silla de su oficina.

—¡Al fin! Algo para investigar que sea interesante...— musitó ella con cinismo.
—Alex, Morgan te necesita en su oficina.— anunció Leyla, la secretaria de Morgan.

Alex sonrió y caminó hasta aquella oficina.

—Señor Morgan, ya supongo a que me llama...— sonrió.
—¿Te enteraste de la nueva noticia?— dijo Morgan dandole una calada a su puro.
—Un Accidentado famoso...— ni siquiera terminó cuando Morgan se levanto, golpeando el escritorio con sus manos.
—¿acaso sabes lo que significa?¡Se esparcirá como la peste!— exclamó, Alex rodó los ojos.
—¿Pues de quién o quienes se trata?— pregunto fingiendo desinterés.
—Se tratan  Paul McCartney de Los Beatles, Alex. ¡Beatles!— recalcó.

—Espero y no me pida lo que estoy pensando.

Morgan quitó el puro de sus labios y le sonrió con cinismo.
—Debes hacerlo, tendrás un ascenso, y posiblemente tomes mi puesto, tú sabes.— se levanto de su escritorio. —Eres una chica muy astuta... Sigilosa, y con un buen físico, a decir verdad.— pasó sus dedos suavemente por su hombro, a lo cual ella reaccionó alejándose. —Ellos son unos greñudos mujeriegos, ¿cómo no te aceptarían de asistente?

Alex lo pensó, bajo su mirada y mordió su labio inferior.
—Acepto.— Dijo sin inmutarse.

Morgan sonrió.

—Me comunicaré con Epstein, lo convenceré, prepara tus cosas para el lunes en la mañana.— dijo firme, aunque con una sonrisa cínica en la cara.

Alex asintió y salió de su oficina.

Tomo su saco de su pequeña oficina, tomó su cámara y salió, era un sábado del mes de noviembre en 1966, por lo que el Otoño estaba a punto de terminar y darle la bienvenida a el invierno.

Abrió la puerta de su pequeño departamento, se encontraba como la última vez que estuvo ahí – que fue apenas antes de ir a trabajar– ordenado, y solo.

"Por lo menos no estaré sola, como aquí..." Pensó.

Tomó sus maletas y comenzó a ordenar, para evitarse la molestia de ordenar su ropa en día de descanso.

¿Paul is dead?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora