Capítulo 9

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Dos años atrás...

Estaba a bordo del tren que nos llevaría a casa, sentía mi corazón roto. Necesitaba que alguien dijera que todo iba a estar bien.

Papá iba inmerso en sus pensamientos, olvidando por completo que yo también estaba sufriendo.

No lloraría, no dejaría verme débil ante los demás, tenía que ser fuerte y superarlo.

Mi teléfono vibro en mi bolsillo. Al ver la pantalla tenía el nombre de Valie con un mensaje.

D: "Tess, quiero saber de ti ¿Cómo estás?"

T: "Val siento mi corazón hecho trizas te necesito tanto"

D: "¿Cuándo llegas?"

T: "En media hora"

D: "En cuanto llegue ven a mi casa, quédate esta noche, no te dejare sola. Siempre juntas recuerda"

T: "De acuerdo, nos vemos"

Estaba agotada, mis ojos pedían cerrarse, faltaba poco para llegar y no dejaba de pensar en lo cruel había sido con mi madre todo ese tiempo que la tuve y no lo aproveche.

Deseaba tenerla cerca, escuchar su voz, y saber que estaba bien. Pero no era así, no estaba aquí y yo me iba perdiendo en el abismo.

Colapsando.

Baje del tren halando conmigo las pocas esperanzas de una vida feliz.

Entre al taxi y envié un mensaje a Dani para que supiera que iba en camino.

T: "Estoy por llegar"

D: "Cuando llegues pasa directo a mi habitación, estoy renovándola"

El auto se detuvo frente a la casa en la que prácticamente vivía, la nostalgia me golpeo al recordar mi primero beso. Fue con Alek juntos en las escaleras de la entrada, hacía mucho que no lo veía. Según sabia estaba de viaje con unos amigos.

Una brisa helada arremetió contra mí, que solo llevaba un vestido negro puesto. Una llovizna se aproximaba.

Camine lentamente hacia la puerta, gire la perilla y entre. Todo se encontraba tal cual lo recordaba camine hasta las escaleras, donde observe las fotos de la familia que aquí habitaba.

Alek se parecía mucho a su padre, el señor Aleksi era igual de guapo que su hijo. Con la variación de la edad, por su puesto. Daniela era un vivo reflejo de su madre, que no era precisamente Samanthan quien la crio.

Subí las escaleras despacio y sin prisa.

Camine por el pasillo, pasando por el cuarto de Alek que tenía en la puerta un collage de fotos con varias personas que no conocía. Pero había una foto, una que si  recordaba. Con una sola persona en ella. Yo. Sumergida en el agua de la piscina donde su padre impartía clases de natación.

Una sonrisa llena de nostalgia se escapó de mis labio, aquellos tiempos en que era feliz.

Seguí mi camino hasta la puerta que tenía en letras rosa, el nombre de Valie.

La puerta se encontraba entre abierta, empuje levemente. Dejando ante mí una escena que impacto contra mí dejando por completo vacía.

Sus cuerpos estaban desnudos, convulsionando uno contra el otro. Sus rostros reflejaban deseo y lujuria, mientras que en mi interior el cuadro lograba desgarrarme por completo, dejando solo las secuelas de dolor, marcándose dentro de mí.

Sentimientos Enmascarados (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora