3. El olor de la primavera

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Jungkook salió del coche desesperado por sentir la suave brisa de la primavera en su rostro.

Jimin salió después y se aseguró de dejar el coche bien cerrado.

-Huele a vida, Jimin.

-¿Sabes lo que huele a vida? -dijo él, rodeando al menor con sus brazos por detrás - Tú después de un buen polvo.

-Mira que eres idiota...

-Ahora no hay nadie para escucharnos. -rio Jimin.

No se oía nada en la pradera, salvo el piar de los pájaros a lo lejos.

Se subieron al capó del coche y se tumbaron.

-Siempre he pensado que eres como las nubes, Kookie.

-Pues nunca me lo habías dicho...

-¿Ah, no? -se extrañó Jimin.

-Me has llegado a decir que me parezco a la escobilla del váter, pero a las nubes...

Jimin se empezó a reír a carcajadas. Rodó un poco hasta acurrucarse al lado de Jungkook y agarrarse a su brazo. El pequeño sonrió y le dio un beso en la frente.

-¿Cuándo te dije yo eso? -preguntó Jimin, terminando de reírse.

-Hará dos años o así. Me dijiste que me parecía en que yo también limpiaba la mierda.

-Pues no será literalmente, porque eres un desastre...

Jungkook revolvió el pelo de Jimin, despeinándolo por completo y obtuvo la queja del susodicho.

-Tú eres el desastre.

-Tus besos son un desastre. -contraatacó Jimin, dándole un beso rápido en los labios.

-Ya, claro...

-Demuéstrame lo contrario.

Jungkook le mordió la nariz.

-No necesito demostrarte lo contrario.

-Sólo quiero que me beses.

-Pides demasiado. -Jungkook hizo un puchero.

-¿Es mucho pedir un poco de amor? -preguntó Jimin tristón.

-Valgo muy caro.

-A lo mejor por eso te llamaban Golden Maknae en el grupo de la escuela.

-Ay, el grupo... -suspiró Jungkook, recordando los buenos tiempos - Hace mucho que no hablo con Namjoon. Tampoco con Yoongi.

-¿Y sabes algo de Seokjin?

-Qué va, tampoco. Hace siglos que no les llamo.

-¿Los echas de menos? -le preguntó Jimin, bajando gradualmente el volumen de la pregunta.

-No hay nada que desee más que esto, Jimin. Además, todavía sigo cantando.

-Y tu voz sigue siendo igual de preciosa... -Jimin acarició la mejilla de Jungkook con los labios.

-¿Crees que algún día podré cantarle una nana a nuestro hijo?

Jimin paró sus besos y se separó un poco de su cara para poder mirarlo.

-Es la primera noticia que tengo de que quieres un hijo.

-¿Y por qué no? -rio Jungkook.

-Si por mí fuera, te dejaba embarazado ahora mismo. -bromeó Jimin.

-¿Tú también querrías entonces? -insistió Jungkook, acariciando la mano de Jimin.

-Debería ganar un poco más de dinero. Cuando me asciendan, quiero que hablemos de nuevo de este tema.

Jungkook soltó una risa nerviosa y se acabó abrazando al cuerpo de Jimin.

-Un niño pequeñito que me llame papá. -dijo, emocionado.

-Que nos llame papá. -corrigió Jimin con una sonrisa.

Estuvieron un rato abrazados, disfrutando del maravilloso tiempo que hacía, hasta que decidieron cuál sería su próximo destino de aquella cita.

Se subieron al coche y, una vez estuvieron abrochados, Jungkook le pidió a Jimin que no arrancara aún. Se quitó el cinturón de seguridad y salió del coche un momento. Con la mano apoyada en la puerta, y una pierna fuera del coche, aspiró el aire que acariciaba su cara.

-¿Tan mal huele aquí dentro? -rio Jimin.

-Ya sabes que es que aquí fuera huele muy bien.

-Cuando cierres la puerta me voy a tirar un pedo que lo flipas... -susurró para sí mismo.

-No sé qué musitas, pero sea lo que sea, ni se te ocurra.

Jimin hizo un puchero.

-Anda, cierra ya, que tengo ganas de ir a la bolera.

-Ya voy, ya voy...

Una hora más tarde ya estaban dentro de la bolera divirtiéndose. Jungkook iba ganando y Jimin no sabía ni cómo.

-No me lo creo, nunca has sido bueno con los bolos. -se quejó Jimin.

-Para que veas... -respondió Jungkook, echándose flores y sentándose en el sofá para coger su bebida.

-Voy a meter un pleno en esta ronda. -le aseguró a Jimin.

-Si no lo veo, no lo creo.

-Qué gracioso eres, pero te vas a enterar.

Jimin lanzó la bola y no le dio a un solo bolo. Se quedó en silencio, había sido muy duro para él no haber atinado a uno solo.

-Déjame adivinar... -empezó Jungkook, atusándose su inexistente barba- Voy a ganarte por goleada.

-¡A ver qué consigues en esta ronda, listo!

Jungkook se levantó y fue a por su bola. Las estuvo palpando un rato para ver cuál era la que mejor peso tenía y, cuando la consiguió, se colocó en posición de tiro. Lanzó la bola, que fue bastante centrada y directa al centro. Tiró todos los bolos.

-¡No me lo creo! -gritó Jimin- ¿¡Un pleno!?

Jungkook se empezó a reír como loco.

-Jimin, cariño, eres un manco...

-Mi dignidad, Kookie. Me duele.

Jungkook se acercó al sofá para ir a consolarlo. Jimin cogió su mano y tiró de ella, haciendo que se inclinara sobre él. Besó sus labios con cariño. Jungkook sonrió al terminar el beso y le dio unas palmaditas en la mejilla.

-No me das pena, Jimin.

-¿No ha funcionado? ¿Ni un poquito?

Jungkook negó con la cabeza y dejó paso a Jimin para que fuera a tirar sus últimas rondas.

Cuando salieron de allí, con la victoria de Jungkook ya sobre sus espaldas, pasearon de camino a casa.

Jungkook aspiró profundamente y Jimin rodó los ojos al verle.

-Me lo he pasado genial hoy... -dijo Jungkook, jugando con la mano de su novio- Este debe ser el olor de la felicidad.

Jimin imitó al menor y, a pesar de que estaba en lo cierto y olía realmente bien, seguía pensando que nada olía más a felicidad que la propia piel de Jungkook.

Y a pesar de pensar aquello, todavia podía apreciar el olor de la primavera.

Todavía.

JiKook ➼ Todavía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora