Capítulo 4

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-Narra Samuel-

Los exteriores de la universidad parecían muy diferentes cuando, una vez llegada la noche, el cielo quedaba cubierto con un manto de oscuridad. La zona estaba irreconocible, cuando la penumbra no permite ver el final del recorrido, entonces todos los caminos parecen más largos, e interminables. No obstante, no todo eran tinieblas en los jardines, durante la noche se encendían las farolas, escasamente repartidas por todo el recinto, suponía que para evitar que los alumnos pasearan a sus anchas a altas horas de la noche. Sabía que no era lo recomendable, pero Víctor y yo quedábamos al menos media hora cada noche antes de irnos a dormir. Empezó como algo puntual, pero después de un mes se había convertido en una especie de tradición, una ceremonia antes de ir a dormir y empezar un nuevo día. Siempre nos veíamos en el mismo lugar, y no es que nuestras reuniones fueran precisamente divertidas, la mayoría de noches no teníamos nada que decirnos el uno al otro, pero tampoco teníamos nada mejor que hacer.

Mientras caminaba hacia la zona específica del césped, tenía la mente puesta en mi nuevo compañerito de cuarto. Acababa de sorprenderme una vez más, con todo el tema de las normas de convivencia. Sabía que Willy se tomaba muy en serio lo que decía, pero yo no podía evitar verle lo divertido y lo tierno, no dejaba de ser bastante mayor que él, y por lo tanto veía la vida de otra manera. Aun así pensaba cumplir sin objeciones las tres normas que se me habían impuesto, porque realmente quería ganarme su aprobación, no soportaba que me odiara como lo hacía y me convenía mantenerle cerca, su presencia me hacía bastante bien. Extraía ciertos comportamientos de mi persona, actitudes que había creído olvidadas. Resultaba extraño, pero tenerle en mi cuarto me hacía sentir como si volviera a estar en casa después de un año sin hogar, a la deriva.

Vislumbré el cabello rubio de Víctor desde donde me encontraba, dorado bajo el efecto de la tenue luz de las farolas. Estaba sentado en el césped, con las piernas cruzadas en pose india. Acorté la lejana distancia que nos separaba con una carrerita, y cuando estuve más cerca de Víctor pude advertir que sujetaba un cigarrillo con los labios prensados, mientras que con la diestra se dedicaba a extirpar briznas de césped, sin miramientos, solía hacerlo cuando estaba nervioso.

Sin anunciar mi presencia, me senté junto a él.-Eso que estás haciendo, es atentar contra el medioambiente.-Señalé bromeando. Al oírme sonrió de manera desganada, y dejó de arrancar la hierba para después mirarme a los ojos. Dio una honda calada al cigarro y se lo sacó de la boca, exhalando una desorbitada cantidad de humo. El humo danzó elegantemente con el aire, alejándose en la inmensidad hasta desvanecerse por completo.

-¿Y así es cómo me saludas?.-Preguntó una vez hubo expulsado el humo.-Ni un hola, ni un besito..-Me recriminó y presionó su boca contra la mía, dándome un beso con lengua. Se lo correspondí como pude, pero no tardé en apartarme, algo asqueado.

Su mirada de desconcierto me obligó a ofrecerle una explicación.-Sabes que odio besarte cuando acabas de fumar, te sabe la boca a mierda.-Protesté sincero, con toda la confianza que es posible tener hacia alguien con quien llevas un mes teniendo sexo.

Al oírme apartó su rostro del mío, se cubrió la boca con la mano izquierda y escupió en el césped.-Gracias por ser tan cariñoso.-Agradeció irónico, a lo que respondí con un encogimiento de hombros.

-Lo hago por tu bien, el tabaco es veneno y te está restando años de vida.-Argumenté. No entendía cómo podía gustarle fumar, recordaba levemente haber probado el tabaco en mi época adolescente, sabía peor que olía. Además, disfrutaba la vida sana, me gustaba hacer deporte, comer bien y alejarme de ese tipo de vicios. Prefería caer ante otro tipo de vicios, mucho más sanos y divertidos.

Todavía de morros, apagó el cigarrillo medio consumido y se sacudió las manos después.-Ya sabes que fumar me relaja, sobretodo en época de exámenes.-Masculló, colocó dos dedos sobre mi brazo y trazó un coqueto caminito con ellos hasta rozarme la piel del cuello, provocativo.-Pero tus besos también me relajan..-Agregó.

Fantasmas lejanos - Fic WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora