Alice había comprendido algo sustancial para conseguir su objetivo.
Era superfluo juzgar a alguien antes de relacionarse con aquella persona.
Alice tenía un nítido ejemplo para demostrarlo.
Aquel ejemplo era Julie.
Su percepción de Julie había cambiado drásticamente después de hablarle. Palmariamente no era la clase de persona que su intelecto había proyectado. No era refinada, ni hipócrita, ni selecta; era una persona maravillosa, culta e inteligente, algo tímida, pero divertida.
Si Alice tuviera que considerar describirla, en una palabra, sin duda alguna sería acendrada
Había perpetrado un grave fallo. Involuntariamente se había dejado acarrear, por las palabras, por los estereotipos, por su juicio. Se arrepentía, pero no se lamentaba.
La plática que mantuvo con Julie había sido afable, a pesar de que solo fueron algunos minutos. Fueron unos minutos agradables, pero extraños.
Experimentaba una sensación serendipia.
Quizás algo que nunca había experimentado.
Una sensación en su pecho.
¿Confianza?
Aquello reiteraba el consciente de Alice. Una y otra vez.
¿Era capaz de conformar un lazo de confianza con una extraña?
Parecía imposible.
Pero era agradable.
Sólo le había dirigido un par de diálogos y ya cavilaba sobre la palabra confianza.
Inefable.
Hace unos minutos se había distanciado de ella. Por supuesto que le había parecido extraordinario el hecho de saber lo cercano que vivían una de la otra, ¿por qué Silver no había agregado algo como eso? Así hubiera sido mucho más factible saber con el tipo de persona que trataría.
Por unos segundos sintió repulsión sobre ella misma. El pensar que sólo le había departido por el convenio realizado Silver le generaba aversión sobre su ser.
Aunque no todo era negativo.
Continuó su camino hacia su hogar, no podía seguir modificando su ruta. El horizonte se teñía de un intenso arrebol, pronto caería la noche y debía regresar a casa.
Suspiró.
Discurrir sobre regresar a casa la fatigaba.
Volvió a suspirar, esta vez, ingresó sus manos a los bolsillos de la sudadera.
Quizás su mejor decisión había sido variar de ruta. Había matado dos pájaros de un tiro.
No demasiado lejos se hallaba el umbral del condominio en el cual habitaba actualmente.
Debía afrontar la realidad.
Sin duda su madre aguardaba su presencia. Debía seguir enojada por el acontecimiento de esta mañana, además la había abandonado mientras hablaba sola, eso de seguro la calificaba como una insolente a vista de María.
Sucedería una grandiosa recepción.
No obstante, Alice no conseguía comprender como su madre lograba disgustarse por una menudencia como lo ocurrido esta mañana. Si lograba enfadarse por una sencilla coleta, ¿cómo sería su reacción al saber que realizaba deportes? No le apetecía figurarlo.
En cualquier momento podía apartar los vestidos y hacerlos trizas. En cualquier momento podía recortar su cabello e incluso podía teñirlo. Aun así, no lo hacía, se mantenía al margen, para no realizar un infierno de su hogar.
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El Comienzo de una Lágrima
Short StoryDesesperación. Necesidad. Depresión. Rebeldía. Son pensamientos que no demoran en crearse cuando se atraviesa el camino de la pubertad. Querer superar, querer superarse, querer ser superado. La pubertad es una etapa donde psicológicamente se puede d...