El móvil de Silver originó una melodía. Lo observó, un número desconocido lo llamaba.
¿Quién tendría su número telefónico?
Decidió contestar, podría ser algún conocido o un anuncio primordial.
—¿Hola?
—¿Silver? —contestó un hombre con voz grave.
¿Quién era él?
Nunca había oído aquel timbre de voz.
¿Por qué tenía su número?
¿Cómo conocía su nombre?
¿Un psicópata? ¿Algún maniaco?
La curiosidad lo dominó.
—¿Quién eres?
Pero aquel hombre evadió su incógnita.
—¿Cómo ha estado Beatrice?
Silver no conseguía comprender lo que sucedía.
Conocía su nombre y el nombre de su madre.
Era sospechoso.
—Sí no dices tu nombre, llamaré a la policía —advirtió.
Pero a aquel chico no le interesaba.
—¿Y María? ¿Cómo ha estado ella? —preguntó con nostalgia.
Logró solventar su incógnita. Pero no era evidente, después de todo hablaba con un varón.
—¿Alice? ¿Eres tú?
¿Podía ser ella?
¿Después de ocho extensos años?
—¡Correcto! —respondió—. Aunque ahora deberías llamarme Holik. Holik Day.
¿Había renovado su nombre?
—¿Holik Day?
—Comenzaría otra vez, ¿no? Aquel fue mi tercer paso.
—Han trascurridos ocho años. Tus padres te reportaron como desaparecida, pero los policías no lograron encontrar tu rastro, ¿dónde te habías metido?
—Bueno, muy escondido del mundo no estaba. Quizás ellos no intentaron localizarme. Y menos ahora, que me podrías encontrar fácilmente.
Silver no lograba leer entre líneas.
—¿Ahora? ¿En qué trabajas?
—Sonará extraño, pero ahora soy modelo. Me reclutó una famosa diseñadora de atuendos. ¿Irónico? Antes repudiaba la moda, aunque todavía no he conseguido adaptarme.
—Felicidades. Ali... Holik, ¿estás enferma? Tu voz está, extraña, algo ronca.
—¿No has logrado comprenderlo o es qué no quieres percibirlo? He encontrado mi libertad.
—No entiendo.
—Holik Day, no es una chica. Soy un chico.
Estaba pasmado, a pesar de que era evidente. Su cambio de nombre, su deseo de libertad, su voz masculina, ¿cómo no se había dado cuenta antes?
—¿Entonces ahora, tienes eso...?
Holik dejó escapar unas carcajadas.
—Bueno, me operé. Así que, si preguntas qué si tengo pene, bueno aquello es correcto. Además, realicé el tratamiento hormonal antes de la operación.
—¿Y por qué llamas? —no le apetecía conocer todos los detalles de su cambio de género.
—¿Julie? ¿Cómo ha estado?
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El Comienzo de una Lágrima
Short StoryDesesperación. Necesidad. Depresión. Rebeldía. Son pensamientos que no demoran en crearse cuando se atraviesa el camino de la pubertad. Querer superar, querer superarse, querer ser superado. La pubertad es una etapa donde psicológicamente se puede d...