Narrador externo...
Una noche de Octubre del 2001...
Las luces cortan la neblina que se encuentra en la cuidad de Rockford, a las afueras de Chicago. Hace su llegada en su Chevrolet Impala, mientras que una silueta espera en el punto de encuentro.
El vehículo se detiene iluminando las piernas de una mujer de unos treinta 35 años, de cuerpo atlético y no muy alta. De cabello rojo y ojos grises.
- Llegaste. – Manifestó la mujer
- ¿Qué quieres hablar conmigo Clara? – Dijo John con un tono impaciente.
- Tienes que alejar a tu hijo de mi hija y esta es la última vez que te lo pudo amablemente – chillo mientras empuñaba una extraña espada en una mano.
- Ya basta, necesitamos su cooperación – Añadió un hombre de unos 25 años, con rasgos orientales, delgado y vestido de manera extravagante. – Hola Sr. Winchester, mi nombre es Blaine, y soy lo que ustedes llaman un brujo. – John desliza su mano debajo de su chaqueta – Pero tranquilo, mi amigo no voy a hacerle daño. Aquí mi asociada suele ser un poco – haciendo un ademan con las manos- impetuosa, pero yo soy todo lo contrario.
- Y ¿bien que desean de mí? – Arguyó John.
- Solo quiero que te lleves a tu hijo lejos de Meredith, cosas malas muy pero muy malas sucederán si la relación sigue. – Aseguró Clara, ya un poco más tranquila.
- Es solo un noviazgo de unos días no hay que darle importancia. - Reiteró el padre del joven- Nosotros nos iremos en un par de días y esto quedara en el pasado, siempre es así Dean no se aferra a nadie. Él sabe la vida que llevamos y que no podemos andar con este tipo de lujos. – Afirmó.
- Veras, John... ¿puedo llamar así? – consultó el joven brujo- Lo que aquí Clara trata de decir, es que la relación es peligrosa y más ahora que ha sido consumada...
- Ambos son adultos y seguramente fue algo consensuado, no creo que mi hijo abusara de ella. - Reiteró John.
- Por supuesto que fue algo consensual... a lo que vamos es que ellos no pueden estar juntos, necesitamos que por el bien del delicado equilibrio entre los de "Tu" Clase y los nuestros, que la relación termine. – Dijo Clara con un tono autoritario.
- Como ya les dije nos iremos en un par de días y esto quedara en el pasado... - La mano de Blaine se apoya en la cabeza de John, revelando la cruda realidad. Su hijo más fiel, estaba a punto de decirle que se marchaba, que dejaba la cacería... que deseaba formar familia- No puede ser... - John se arrodilla lleno de angustia.
- Así son los hijos... - suspira- mi abuela decía es mejor criar chancho que muchachos... al menos los chanchos te los comes. Pero bueno no podemos darte más detalles.
-Es que no me han dicho absolutamente nada- Aseveró John, ya con un tono de voz molesto.
- ¿querés dinero?, puedo pagarte- Agregó Clara.
- No, quiero respuestas. Por lo que veo tienes 2 opciones Clara, me dicen toda la verdad o no nos iremos y de todas formas averiguare la verdad. – Aseguró Winchester ya molesto por todo lo sucedido.
- Dean y Meredith han estado encaminados el uno hacia el otro desde que nacieron. – Manifestó Clara
- Tienen esa cosa terrible, "destino". -Añadió Blaine. – Hasta Missouri lo sintió.
- Sigo sin entender- Dijo John totalmente desconcertado.
Clara comenzó su relato – Hace miles de años, sus almas se cruzaron y se unieron en un amor tan puro e intenso, no sabemos ni cómo ni cuándo solo sabemos que...
- Alguien los maldijo – Afirmó Blaine – Ningún Nephilim puede amar a un humano.
El rostro de John se transfigura, ahora el si cree que debe sacar a su hijo de ahí. – ¿Y cómo haremos? Digo no puedo sacar a Dean sin darle una explicación, ni llevármelo a la fuera... eso puede funcionar unos días, pero si él quiere estar con la chica vera la forma de volver.
- Blaine, ya lo tiene arreglado. – Habló la madre de la chica
- ¿A qué te refieres? – Cuestionó el padre del joven.
- Mañana, Clara invitara tu hijo a su casa para una cena formal, estate atento al teléfono. Cuando este hecho te llamaremos y podrás venir por él. Diga lo que diga y pase lo que pase nunca, le hablaras de Meredith... ¿entiendes? – Reiteró el joven brujo. John asintió con la cabeza. – Y para ti va lo mismo después de esa noche jamás deben hablarle de Dean – Clara afirmó. –
Los tres conspiradores estrechando sus manos.
Llegado el momento el padre del joven espera impaciente en el cuarto del motel cuando su teléfono empieza sonar.
- Hola
-Ya está listo... puedes venir a buscarlo, esta inconsciente. – comento la mujer del otro lado del teléfono.
Al llegar a la casa de Meredith, John encuentra todo en silencio y la puerta abierta.
- Hola... - Preguntó el hombre
- Hola – susurro Rita- Soy Rita, la abuela de Meredith. – ella le indico el camino hacia donde tenía ir.
Cuándo se aproximó hasta su destino encontró a su hijo recostado en un sofá con sangre en su nariz y sus oídos.
- ¿Qué le hicieron? – Cuestiono John, iracundo al ver el estado del joven.
- Le extraje sus recuerdos. – Arguyó Blaine con aires de superado- Debo reconocer que es mi mejor trabajo.
John voltea y ve en otro sofá el cuerpo de la joven que se encuentra en las mismas condiciones, pero se puede percibir que algo no anda bien.
- Él estará bien... es muy afortunado. – La voz de Clara cortó el ambiente como una navaja filosa. – No sabemos si ella sobrevivirá debido a su condición. – John la miró abriendo sus ojos como platos – saquen la de aquí y llévenla al santuario. – Unos hombres tomaron a la chica y se la llevaron.
- Clara ¿qué condición de que estas hablando?... Clara... dime Clara... - Interrogó John.
- John, vamos te ayudaremos. – añadió Rita con la campera de Dean en la mano.
Como pudieron subieron a Dean al vehículo. John puso en marcha el mismo.
- Deben irse para no volver. – Reiteró Blaine.
Ese día en silencio todos los presentes sellaron un pacto de no hablar lo sucedido nunca más.
Y a la luz de la luna de octubre se marchó, llevándose más preguntas que respuestas.
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Bloodlines - Linajes- Dean Winchester
FanfictionUn sueño recurrente atormenta las noches de Dean Winchester. La mujer en el acantilado... ¿Quién es ella? De cabello rojo como el fuego y la piel blanca como la nieve. El abandono y el sentimiento de pérdida... aumentan su desconsuelo. Al millón de...