WILD

CAPÍTULO CUATRO.

CAPÍTULO CUATRO.

 

-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. ¡Te lo dije! ¡Estás en problemas! ¡En tremendos problemas! –gritó Roxan histérica.

-¡Deja de gritar me estás asustando! –le contesté.

-¿Asustando? ¡¿Te estoy asustando?! ¡Deberías estar orinándote del terror! ¡Rachel, Harry Styles es un hijo de puta, es peor que el mismo diablo! –dijo con cara asustada.

En ese momento, viendo a Roxan directamente a los ojos, me di cuenta de que hablaba en serio, jodidamente en serio.

-Roxan, debes decirme lo que sea que sabes de él, debo saber en qué carajos me metí. –dije con la mayor calma posible, dándome cuenta de lo serio que era todo este asunto.

Ella me miró unos segundos, seria, muy seria.

-Él… está metido en cosas muy pesadas… no estoy segura, nunca me he relacionado con él o con sus amigos… ellos me… asustan.

La miré expectante, esperando que siguiera.

-Se rumora que él… está metido en las drogas y eso…

-¿Eso es todo? Tú también lo haces. –respondí confundida.

-No… no me refiero a que las consuma… me refiero a que las… vende, pero en serio, osea, no es un simple camello más… él… es uno de los grandes, de los que tienen gente trabajando para él, también dicen que vende armas, aunque nadie ha comprobado nada.

Me quedé callada, intentando analizar sus palabras.

-¿Me acosté con un… narcotraficante? –murmuré con voz apenas audible.

-Eso creo. –respondió de igual manera.

***

El día casi había terminado, después de la conversación que tuve con Roxan en la mañana no estaba de muy buen humor, todo este problema era más serio de lo que pensaba.

Los narcotraficantes son extremadamente peligrosos según los noticieros.

Sólo quedaba una clase, pintura, era una materia extra y supuestamente optativa, pero en realidad todos los estudiantes estábamos obligados a tomar una clase extra.

Aunque no me importaba, pues era la típica clase en la que nadie hace nada y el profesor difícilmente deja su celular.

Cuando llegué al salón casi me doy una cachetada por no haber recordado que compartía esa clase con Niall y que él se sentaba a mi lado, siempre.

Él ya estaba sentado y se veía hermoso, miraba el carísimo reloj de su muñeca con el ceño fruncido, ayer sólo pude verlo unos momentos antes de que Harry lo corriera, me molestaba que no me hubiera llamado, técnicamente, no hemos terminado.

Me senté como si nada a su lado y fingí que todo estaba malditamente bien.

-Hola. –saludé con una sonrisa.

-¿Quieres explicarme qué mierda fue lo de ayer? –preguntó molesto.

Estuve a punto de rogarle que me perdonara, estuve a punto de decirle que el chico rizado me acosaba o algo así, estuve a punto de ponerme de rodillas y jurarle que no volvería a pasar, pero justo en el último segundo miré su cuello rápidamente, había una pequeña marca rojiza, un chupetón, un chupetón que yo no había hecho.

-No hay nada que explicar, relájate. –respondí cortante.

Él abrió más los ojos, yo nunca le había hablado así.