Cam ya se había curado las heridas y lavado un poco, y se fue a la sala a hablar con los chicos.
-Por si te interesa, me he disculpado con Courfeyrac y Grantaire-dijo Enjolras. Le lancé una mirada a Courf.
-Es verdad- contestó él al ver lo que quería decir.
-¿Entonces qué?-pregunté.
-¿Cómo que qué?-dijo el rubio.
-Déjame unirme a Les Amis.
-Es peligroso.
-Puedo defenderme.
-Es peligroso- repitió Courf.
-Y os he dicho que puedo defenderme. Hoy, por si no lo recuerdas- dijo mirando al lider- han intentado sobrepasarse conmigo.
-No me habíais dicho eso- gruñó el moreno- ¿qué ha pasado?
-Nada peligroso, me atacaron dos hombres y me defendí- dije restándole importancia.
-A uno le has dejado un corte profundo en la mejilla y roto un brazo, y al otro le has dejado inconsciente- completó el Enjolras.
-Pues está cualificada de sobra para entrar en Les Amis. Y ni siquiera pienses en decir que ''no admitimos mujeres'' porque no cuela- dijo Courfeyrac.
Tras escuchar esto, Enjolras cogió por el hombro a su amigo y se lo llevo a su habitación, dejando a Cam en la sala leyendo uno de los libros de Combeferre.
-¿A qué te refieres con lo de que no cuela?-preguntó.
-Se nota a millas. Cam te pone de los nervios, pero desde hace unos días no le quitas el ojo de encima. Dices que no quieres a chicas en el grupo, pero yo creo que a ella si que la quieres.- El líder escuchaba atento.- Pero no la dejas entrar por que tu orgullo te puede. Y no lo niegues, porque seré un mujeriego tonto e irresponsable, pero se observar.
Dicho esto, Courf salió del cuarto dejando al rubio algo confuso.
Se quedaron hablando un rato más y luego se fueron a sus respectivos lugares de descanso. Enjolras ofreció dormir en su cama a la chica, quien se negó a ello y decidió dormir en el sillón para demostrarle que no se iba a rendir tan fácilmente, y durmieron. Sobre la 1 de la madrugada, Cam se despertó a causa de un ruido. Todo estaba oscuro, pero ella pudo distinguir la figura del líder de la revolución, dando vueltas en su cama y murmurando cosas sin sentido. Camille se levantó y se arrodilló al lado de la cama, acariciando suavemente la cabeza del muchacho, quien estaba teniendo una pesadilla, susurrando palabras para que se tranquilizara. De repente, el joven se despertó con una mirada aterrorizada, jadeando y cubierto de sudor. Cam le dedicó una mirada preocupada cuando se percató de que Enjolras le había agarrado la mano.
-Eh, sh, relájate, tranquilo, yo estoy aquí- dijo para calmarle.
-Yo.. yo no..- empezó a decir el chico, pero no podía hablar a causa de la ansiedad.
-Tranquilizate, todo esta bien.
En ese instante, Enjolras estaba abrazando a Cam, mientras ella le acariciaba el pelo y le limpiaba unas lágrimas rebeldes que caían de sus ojos. Al rato, ambos se habían quedado dormidos: Cam medio tumbada, apoyando su espalda en la pared, y Enjolras abrazado a la chica con su cabeza descansando sobre el hombro de esta.
Cuando el líder se despertó, la chica no estaba. Se levantó perezosamente y se vistió para ir a desayunar. En la sala estaban Cam y Courf desayunando y charlando. El olor del café y los croissants inundaba la habitación.
-Dios que bueno esta todo- gritó el pelinegro-¿ Dónde aprendiste a cocinar tan bien?
-¿Lo has hechó tú?- murmuró el rubio.
-Pues claro que lo ha hecho ella. Ahora calla y come, que tienes que ayudarla a guardar sus cosas.- sentenció Courfeyrac.
-¿Cómo dices? No, no, no y no. Mira, sois muy amables pero no pienso ser un estorbo- añadió la chica.
-No tienes otra opción- habló Enjolras- te has ido de tu casa. Y dudo que tengas dinero para poder ir a un hostal.
El rubio tenía razón, Camille no tenía a donde ir, pero se negaba a quedarse en su casa siendo una molestia. Mientras los dos chicos hablaban en una habitación, Cam recogió sus cosas, guardó lo que había sobrado del desayuno para el pequeño Gavroche y, antes de que nadie pudiera darse cuenta, salió de aquella casa. Pusó rumbo al Musain, donde esperaba encontrar al pequeño y a Grantaire.
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Les Misérables- Revolutionary Minds
RandomLes amis de ľABC siempre han tenido muy claro que ante la revolución, no querían a mujeres por medio, o por lo menos su lider. Pero todo eso camiará cuando conozcan a la amiga de la infancia de Marius, Camille LeBeouf, una caja llena de sorpresas.