Cerillas.

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Momo y yo empezamos a caminar en línea recta sin ver nada, extendimos los brazos para evitar chocarnos con cualquier cosa que hubiera ahí y no pudiéramos ver. Todo era oscuro, y a medida que nos adentrabamos se veía más y más negro, hasta llegar al punto de que no se veía nada. Teníamos confianza en que no nos perderíamos ya que no habían varios conductos a modo de laberinto sino un gran pasillo muy amplio que parecía no tener fin.
*Crujido*
-¿Que ha sido eso?-Pregunté.
Momo se agachó y palpando el suelo dijo:
-Parecen cerillas, pero no usadas, como si las hubieran dejado para marcar el camino hacia alguna parte.
Cogimos la primera cerilla de la fila, la encendimos frotandola contra la pared y nos dimos cuenta de que así era. Estaban colocadas en una fila perfecta, decidimos seguirlas, más que nada porque seguía siendo el mismo camino y no había otra opción.
Llegamos a un punto en el que el camino se dividía en dos, pero continuamos siguiendo las cerillas con la esperanza de que quien las hubiera dejado en el suelo fueran nuestros compañeros.
De pronto, como si fuera por arte de magia, la cerilla se apagó, y tardamos poco en darnos cuenta de que estábamos siendo observadas.

Run or die.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora