☆ diez ☆

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Isaac caminaba atrás de mí, rumbo a la biblioteca de la escuela.

-¿Estás seguro que quieres entrar al club de lectura?- volteé a verlo enarcando una ceja.

El asintió.

-Claro que sí...será divertido...ya sabes- rió nerviosamente- letras, letras...letras y más letras- suspiró resignado.

Negué divertida con la cabeza.

Abrí la puerta de la biblioteca y pasamos mirando hacia todos lados.

-Jamás había estado en una biblioteca- susurró Isaac asombrado.

Lo miré incrédula.

-No hablarás en serio, ¿oh sí?

Él asintió como un niño perdido. Reí por lo bajo.

-Mira allá está la bibliotecaria- señalé a una señora parada rectamente frente a un estante de libros.

-Hola- saludó Isaac sonriente a la bibliotecaria, esta se quitó los anteojos para verlo bien y recorrerlo de pies a cabeza con una mirada seria.

Mi amigo se sonrojó.

-¿Qué se les ofrece jovencitos?- preguntó la señora en tono serio. Isaac se removió incómodo desde su lugar.

-Veníamos a inscribirnos al club de lectura- dije con una pequeña sonrisa.

-Son los primeros alumnos en inscribirse- habló la bibliotecaria pasando de un tono serio a uno un tanto emocionado.

Nos dio un libro a cada uno.

-¿Puedo preguntar algo?- interrogó Isaac alzando su brazo.

Ambas lo miramos.

-Adelante- respondió la bibliotecaria.

Isaac observó su libro y arrugó la frente tratando de leer algo.

-¿Quién es Shakespeare?

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