[Eight]

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"Un lugar llamado Boston"

A una semana del incidente misteriosamente Jack tenía que hacer visitas a casa de Hans muy seguido. Sus madres ya eran muy unidas y parecían jamás querer separarse. No se sabía él porque, quizá jamás se sabría, pero ya parecían amigas del alma, hasta la mamá de Hiccup se incluía en los planes, ahora los tres chicos tenían que pasar más tiempo juntos. Cosa que solo a dos de ellos les parecía agobiante.

—¡Jack! —chilla en pelirrojo en medio de berrinches logrando molestar al aludido.

—¿Qué quieres? —bufa el mismo antes de rodar levemente e sus ojos, antes la presencia de ese chico le parecía agradable, cosa que ahora era todo lo contrario, en más, aún no lograba concebir la idea de que le caía bien, ¡imagínense! Bien.

—Vamos a jugar al patio ahora que no está Hiccup, ¿te parece?

—No Hans, mejor déjame en paz. —sentenció.

Un silencio incómodo se apoderó de la habitación y ambos niños se miraron con incomodidad. Ya no era como antes.

—¡Niños! ¡Niños! ¡Vengan ahora! —una voz chillona inundó la atmósfera. El pequeño Hans bajó casi al instante, mientras que Jack se demoró un poco y llegó al punto de encuentro con notable molestia.

—Jack, tengo una gran noticia que darte cariño —anunció su madre sonriendo animosamente—. Sólo terminarás este curso y nos iremos a Boston, la mami de Hans me habló de un médico para tu dislexia y iremos allá para controlarla de forma oportuna.

—¿Un lugar llamado qué? —balbuceó el albino casi incrédulo.

—Boston, nos iremos pronto. Así que hay que ir despidiéndonos de a poco, ¿no crees?

El pequeño Jack asiente con una poca de melancolía. Apenas tenía un amigo y se lo arrebataban de esa forma.

[...]

La noche era fría, y sin embargo en aquella habitación estaba raramente acogedor. Dos pequeños chicos yacían recostados sobre una mullida cama con colcha del increíble Hulk mientras jugaban con un par de coches sobre la misma. A uno de ellos le carcomía por dentro el simple hecho de abandonar al chico que tenía frente a él. Le dolía pensar que después de marcharse jamás volvería a verlo, no era algo que sucediese a diario, culpaba a su dislexia y se culpaba a él.

—Hicckie, debo decirte algo —vaciló el albino mirando al suelo fugazmente.

—Claro pequeño, dilo —suspiró Hiccuo dejando los autos de lado, corrompiendo la tranquilidad que por instantes poseía el contrario.

—Mamá dice que ya no te veré jamás —soltó yendo al grano—. Me mudaré a un lugar llamado Boston, del cual no volveré hasta leer y escribir bien, Hiccup... te extrañaré.

Hiccup sintió el mundo caerle encima. Jack se iría, y quizá era algo que muy dentro suyo sabía qué sucedería, y le dolía no haberlo pensado antes. Antes de perder la batalla contra los "dolores estomacales" que Jack le producía.

—¿Será pronto?

—Terminando la escuela, faltan dos semanas.

Hiccup suspiró incomodo de nuevo. Era lo que temía, perderlo, quedarse sin palabras, sentirse impotente. No sabía qué hacer o qué decir.

—Prométeme que jamás me olvidarás, Jack —logró musitar el pequeño de ojos verdes con un nudo en la garganta—. Júralo.

—Te lo prometo Hicckie, te quiero.

El más pequeño se lanzó a abrazar al castaño antes de hundir su rostro en su cuello y echarse a llorar. Era uno de esos momentos donde la melancolía del ¿qué pasaría si...? te carcomía invadiendo tus pensamientos y cegando todo lo que crees alegre.

—Mírame —susurró Hiccup, obligando al menor a mirarle, Jack lloraba, esas cristalinas lágrimas recorrían su rostro solo logrando enrojecerlo, Hiccup haría algo que anteriormente ya había pasado. Pero creía necesario hacerlo de nuevo, mientras estaba consiente, así que tomó la húmeda y triste carita de Jack en sus manos antes de limpiar algunas lágrimas que caían sin fin aparente. Se acercó al rostro del contrario logrando parar el llanto de a poco, una vez que lo tuvo cerca contempló su cara a detalle, Jack lo miraba atento, esperando lo que haría. En ese instante Hiccup no esperó más y pegó sus labios a los de Jack, uniéndolos en un dulce beso. Cerró los ojos al tacto, mientras que Jack hacía lo contrario, los abrió de golpe antes de cerrarlos también. Casi pasó un minuto donde estuvieron así, sintiendo. su tacto y presencia antes de separarse y mirarse de nuevo—. Yo te quiero más.

—¿Eso qué fue Hicc? —susurró Jack acariciando levemente sus rosados labios.

—Mis papás lo hacen a menudo, dicen que solo se dan de estos a las personas que quieres mucho y que siempre llevarás en tu corazón. Yo siempre te llevaré en el mío Jack.

Jack tomó un leve color rojizo antes de acercarse de nuevo a Hiccup y plantarle otro tímido besito.

—Yo siempre te llevaré en mi corazón.

Ambos chicos se montaron de nuevo en la cama y se recostaron en esta antes de abrazarse, todos esos pensamientos y palabras fueron su canción de cuna de aquella noche. Ambos durmieron plácidamente esa noche, sabiendo que ambos siempre se llevarían el corazón del contrario.




Hola, ¡feliz semana de la educación especial, el autismo y la dislexia! Espero y les esté gustando el rumbo de la historia.
Los amo.

XumalitzinRufino.

"Dislexia" [Hijack/Frostcup] #fotograma2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora