Anne

38 (largo)

Anne.

No se por donde empezar. Bueno, empezaré por el principio ¿no?
Dios, no, no es momento para bromas.

Yo, Anne, no quiero que pienses que eres mi trabajo de literatura por aquello que te conté. Para nada de eso, tú eres mi inspiración. De hecho, Anne, no soy la misma persona desde que esto empezó. Desde que volví a verte, sabía que necesitaba hablar contigo de alguna manera, porque, Anne, era imposible ignorarte.

No se pueden ignorar las cosas bellas. Y tu eres la más preciosa casualidad con la que me he podido topar en mi vida.

Y se, se que parece estúpido que solo me haya dado cuenta de que estabas ahí aquel día que llegaste tarde, con ese gran cambio que diste. Pero Anne, lo he hecho. Me he dado cuenta de que existes, de que un bello diamante existe, de la gran persona que eres, Anne (mientras que escribe esto lágrimas empiezan a brotar de sus ojos castaños) Y se que todo esto es extraño, dios, claro que lo se. Pero Anne, no me comprendes.

Esto no solo son poemas, Anne, no es solo que me inspirara en ti para escribir, que sueñe contigo, que me atraigan tus gustos, que no pare de interesarme en ti, que no pueda soportar ver una sola lágrima tuya. Esto son muchas cosas Anne.

No se que puede haber sucedido, no se que he hecho. Pero te pido perdón, te pido perdón las veces que hagan falta, pero solo quiero que vuelvas. Incluso si quieres que esto termine, que las cartas desaparezcan, que yo tambien lo haga. Lo haré Anne, pero vuelve.

Se que no soy perfecto y que me equivoco. Pero soy humano Anne, y no se que más hacer. No se que es lo que esta sucediendo en tu vida, pero tienes que saber que yo estaré ahí para ayudarte. Me tienes Anne, puedes confiar en mi.

Te aprecia,

Un idiota, un idiota que quiere volverte a ver.