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Anne,
Sin duda, hoy ha sido el día en el que te he visto más hermosa.
Ese vestido negro era hermoso, todos te miraban.

Pero tu no les hacías caso,
Te pasaste toda la celebración con tu mano sobre la mía.

Y cuando el dichoso baile iba a empezar, aprovechamos para irnos corriendo, sin duda, la mejor experiencia de mi vida.

Entonces entendí el porqué de la mochila que llevabas;

Me pediste que me diera la vuelta, y por el rabillo del ojo vi el vestido caer al suelo. ¿Querías matarme?

Al segundo estabas con tu ropa de siempre, y ambos subiendo a un árbol.

Anne, me traumaste, y te lo dije, tu solo te reías. Decías que era normal, que me acostumbraría a estas locuras. Yo me paré en seco.

¿Qué quería decir eso?

Querías estar siempre conmigo, dijiste, y yo te abracé. No era normal tanta felicidad de repente, me hiciste hasta llorar de emoción. Y tu me abrazaste más fuerte.

Estuvimos cantando toda la noche, bebiendo coca cola, y comiendo patatas fritas como cerdos, mientras que se oía la música estridente desde el instituto, a lo lejos. Y me di cuenta; a mi me gustaba esto, me gustaba lo inusual, lo extraño, porque debería estar allí, emborrachandome y bailando como un adolescente normal, pero en cambio estaba escuchando música del siglo pasado con una chica de pelo azul en lo alto de un árbol. Y lo prefería.

Lo preferiría mil veces, porque así era feliz.

Danno.




AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora