La espesura de la noche los rodeaba, el resplandor de la vegetación de fuera se filtraba por el gran hueco que delimitaba la entrada a aquella cueva. Sugawara, Nishinoya, Asahi y Aone cocinaban un poco de carne de una especie de pájaro raro que sólo los cuervos nativos reconocían.
El momento de tensión que habían pasado ahora parecía jamás haber sucedido, sin embargo, todas las miradas se dirigían a Sugawara, a quien lo rodeaba un aura altamenteme tensa que los preocupaba a todos y les advertía que no sería buena idea interrumpirlo ahora. Daichi se le quedó mirando cómo si cada zona de su rostro fuera un libro en blanco plagado de misterios, curioso y cautivado por la nueva mueca que su cara expresaba.
Un estruendo interrumpió la anhelada calma, los más atentos se pegaron a las paredes de la cueva cercanas a la entrada, intentando ver más allá del horizonte buscando la causa de aquella interrupción.
Ennoshita indicó a todos mantener el completo silencio, dada la situación, nadie se atrevió a desobedecer. A lo lejos se escuchaba una leve melodía casi imperceptible.
- Eso es...? - Las palabras apenas rozaban los labios de Sugawara cuando Hinata desplegó sus alas y salió disparado hacía el horizonte, emanando esa luz de su cuerpo que servía a los otros cómo guía. Sugawara le siguió con la misma rapidez, demostrando sus enormes alas del rango 3 y el resto le siguieron con la determinación de mil hombres, algunos por preocupación y alerta y algunos menos confiados sólo por no quedar allí. Algunos confiados los siguieron en el aire, probando sus nuevas alas, cómo Tanaka y Kageyama, el resto de los nuevos cuervos y los que no formaban parte de aquella especie los siguieron corriendo lo más rápido que podían.
- ¿Tú escuchaste algo? - Preguntó Bokuto a Aone en medio de la marcha. Aone asintió seriamente.
- Yo escuché nada y no entiendo porque vamos...- Comentó Iwaizumi, uniéndose a la conversación.
- Eso era una melodía muy suave pero sonaba de alguna manera cómo una alerta, un llamado de emergencia o más bien...
- Cómo un pedido de ayuda - Dijo Tsukishima interrumpiendo a Daichi.
Hinata había tomado la delantera de la formación, abriendo la oscuridad de la noche entre los densos pastizales, le seguía Nishinoya volando al ras del suelo y Sugawara junto a Ennoshita, detrás de ellos Kageyama y Tanaka intentaban seguir el ritmo.
- Señor Sugawara, de que se trata todo esto? Usted lo sabe, ¿verdad? - Preguntó Kageyama cuando logró alcanzar la velocidad del gran cuervo.
- Eso de hace poco fue una alerta, supongo que no lo sabes, pero aquí nos comunicamos en forma de melodías o canciones, el sonido viaja más rápido que las cartas, es muy conveniente, cada uno de nosotros tiene una melodía diferente. Antes nos encontramos con esas sombras, me preocupa que haya muchas más por allí sueltas, pero en especial esa melodía, estoy seguro de que se de quien es.
- ¿Y de quién es...? - Un estruendo seco y el resplandor de una luz verde opacada detrás de las nubes repletas de estrellas del cielo nocturno los alarmaron a todos.
No había tiempo de responder, frente a ellos, una colina era rodeada por decenas de sombras cómo las que habían visto antes, debía de haber al menos treinta de aquéllas criaturas. En la cima, una chica rubia y bajita luchaba con dos sombras, blandiendo algo torpemente una espada corta de un sólo filo, otra chica más alta de cabello azabache llegó rápidamente a su lado, justo a tiempo para matar a las dos sombras de un flechazo de su ballesta en la cabeza. El grupo se abrió paso entre las sombras y se unió a las dos chicas.
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INCANDESCENCIA
FanfictionIncandescente, incandescente sol. Cálido, alegre, dinamico, ambicioso y peligroso. Amenaza con absorberlo todo, iluminarlo todo, reducirlo a cenizas. Y ver demasiado tiempo al sol, termina cegandote la vista.