Sin opción. (Gay-Yaoi)

Capítulo 5: Derramando más que tristeza.

—Intenta no llorar, ¿quieres?— le ordenó algo irritado Zen al niño. No, no era un desalmado, pero las cosas avanzan más rápido cuando dejas de llorar por algo que ya pasó.
—Necesito que me digas el porqué de tu supuesto asesinato. Dudo mucho que un mocoso como tu logre tan siquiera hacer algo así.
Estaba algo angustiado, y ya no era porque el pequeño hubiera hecho algo terrible, si no porque puede que ni el mismo niño sepa el real motivo de su exilio. Puede que sea tan solo una trampa de los hombres, y desgraciadamente había picado el anzuelo.
Sus pensamientos lo distraían de Nao, quién no podía dejar de mirar al mayor.
Sus ojos eran como ningunos otros, eran tan bellos, tan raros, tan fríos...
Y de pronto una fuerte curiosidad acerca de Zen ahogó a Nao. Sin duda, el hombre que tenia enfrente era alguien intrigante.
—¿Qué?—preguntó Zen molesto.
El niño era más estúpido de lo que creyó.
Nao señalo sus ojos, para darle la idea.
Y Zen miró los ojos de Nao, molesto, y también logró captar algo, sus ojos reflejaban su corazón, su compasión. No, no era lastima, si no, una gran devoción, tal vez fe, pero fuera lo que fuese, lo cautivó. Esos ojos pertenecían a alguien con una alma muy pura, demasiado para el.
Se miraron un rato, y, olvidando por unos segundos su situación, Nao enrojeció por la intensa mirada del otro. Su presencia era abrumadora, tanto, que dudaba que fuera humano.
—Realmente dudo que hayas si quiera lastimado a alguien, así que al punto, ¿qué haces aquí?— preguntó finalmente el mayor, serio y cansado, quería terminar con el lo antes posible.
El niño lo miró extrañado, ¿es que no le había explicado ya lo suficiente su situación? Con la actitud resignada, se recostó en un lado, de frente a Zen y murmuró: —Morir...