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Me adentre en la ducha. Estaba cansada y lo único que quería era cenar y descansar. Había sido un día largo con emociones extremas, desde el odio al amor en un solo día... Agotador.

Estaba feliz por todo lo que había pasado con Jayson. Estaba relajada por que al fin había solucionado todo lo relacionado con mi padre puesto que ya lo habían detenido.

Salí de la ducha con la mente un poco mas clara y el estomago un poco mas vacío, si es que eso era posible.

En la cocina Jayson se encontraba de espaldas, mirando la sartén que se encontraba en frente suyo. La verdad es que olía muy bien y eso hizo que mi estomago rugiera haciéndose oír, lo que hizo q Jayson soltara una carcajada mientras se giraba a verme.

Solo vestía una camiseta larga de deporte de Jayson y unos boxees a modo de pantalón. Su mirada escaneo mi cuerpo de arriba a abajo sin ningún pudor. Mi mirada bajo a mis pies con vergüenza. No quería ser vergonzosa, ni sentirme intimidada. Pero no podía evitarlo.

La presencia de los hombres me hacían sentirme insegura, no es que le tuviera miedo. Pero no podía evitar sentirme intimidada.

-Ey pequeña... Por favor, no te avergüences - dijo pegado a mí

-Lo siento...-dije levantando mi mirada levemente

-No me pidas perdón, preciosa. No es tu culpa- dijo abrazándome despacio.

Su cuerpo se sentía enorme junto al mío, y eso que yo no era muy bajita. Sus manos estaban apoyadas en la parte baja de mi espalda y las mías enredadas alrededor de su cuello.

Se sentía bien estar así, pero mis tripas volvieron a interrumpir nuestro momento.

Riéndose Jayson puso la comida en la mesa mientras yo, esperaba como una niña chica a que me sirvieran la comida.

La comida estaba deliciosa. A pesar de ser solo pollo en salsa. Creo que era la primera vez desde hace mucho que podía comer dignamente encima de la mesa y no en el suelo, o desnuda, o las dos.

Mi sonrisa era permanente y creo que Jayson lo notó porque preguntó:

-¿Estas bien pequeña?

-Si claro es solo que me agrada comer contigo...-dije tímida.

Me miro con cara de "no te creo" pero desistió del tema, cosa que agradezco.

Después de cenar, Jayson propuso ver una película, cosa a la que no me puede negar. Porque aunque mi cuerpo pidiera cama, pedia mucho mas la seguridad que me brindaban los brazos de Jayson.

Me condujo al salon, en el cual había un gran sofa, un televisor de plasma y un mini bar junto con un villar y una maquina de palomitas. Realmente se notaba el dinero que tenia su familia.

Nos tumbamos en el enorme sofa, en el cual cabíamos los dos. Jayson con las piernas abiertas y yo entre ellas apoyado mi cabeza en su pecho. No me entere mucho de la película, ya que en lo único en lo cual me centraba era en las delicadas caricias que Jayson ejercía con sos dedos sobre mi piel. Creando un cosquilleo allí donde rozaban.

No se en que momento me quede dormida, lo que si sé, es que cuando me desperté estaba en una amplia cama en un dormitorio negro completamente con detalles en blanco.

Jayson descansaba a mi lado, su rostro relajado y pacifico me hizo sentir protegida.

Sus brazos rodeaban fuertemente mis caderas, pegándome a él cuanto podía. Sus piernas y las mías estaba entrelazadas y mi cabeza descansaba sobre su duro y firme pecho.

Aun no me podía creer que el chico malo de la clase, al que todo el mundo tenia miedo, me hubiera besado y ayudado tanto como lo había hecho él.

Pero aun sintiéndome tan protegida como me sentía entre sus brazos, soy incapaz de no tener miedo de que todo esto sea un juego para él y que una vez haya conseguido lo que quiera de mí, se ora dejándome tirada en la cuneta como una bolsa de basura.

Me da miedo no ser suficiente para nadie y acabar el resto de mis día sola por haber denunciado a mi padre.

Porque se que sonara tonto, pero aun sabiendo el mal que me hacia. Es la única persona que se quedo a mi lado todo el tiempo. Mi madre nos abandonó, mis amigas me dieron de lado, mi novio me dejo y las únicas personas que se había quedado a mi lado eran mi padre y mi mejor amiga.

A esta ultima le agradecía un montón todo su sacrificio. Era la única persona que me entendía, que me conocía y que me apoyaba incondicionalmente.

Y ahora que tenia una oportunidad para vivir mi vida, dudaba de si había hecho lo correcto. ¡Era estúpido!

Noto como Jayson sd removía en la cama hasta que poco a poco fue abriendo los ojos lentamente. Cuando sus ojos se fijaron en ella una sonrisa dulce y soñolienta se instalo en su cara:

-Buenos días hermosa-dijo acercando su cara a la de ella. Hasta que sus narices rozabas y sus labios notaba la respiración del otro.

-Buenos días princeso- dijo ella con una sonrisa. Era increíble como él, con una simple mirada hacia que se olvidase de todo.

Jayson rompió el silencio con una carcajada ronca, a causa de su reciente despertar, causada por su apodo original.

Jayson elimino el.espacio que podía quedar entre ellos y unió sus labios aun con su sonrisa adornándole la cara.

-Eres hermosa, lo sabes. ¿No?

Mi badboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora