Alfonso era un ladron de poca monta, de esos que salen en las noches a ver a que ancianita o persona distraida le roban la cartera o cualquier joya valiosa que puedan llevar en el momento.
Sin embargo, esa noche Alfonso la estaba pasando mal, las calles estaban vacias, no habia ni un alma a quien asaltar, el cuchillo que siempre llevaba consigo estaba sediento de sangre, pero no habia suerte, asi que camino y camino, sin encontrar victimas, hasta que algo llamo su atencion, en la esquina de una calle muy oscura, se encontraba un viejo muy sucio tirado en el suelo, algo asi normalmente no le interesaria a Alfonso, de no ser porque aquel viejo tenia en sus brazos una caja muy linda, parecia tener incrustaciones de oro, y ser de una madera muy fina.Alfonso rapidamente penso en arrebatarsela, no era logico que un tipo en ese estado tuviera algo tan valioso consigo, pero mientras se acercaba al viejo, tambien le parecio raro ver como abrazaba a la caja, era como si fuera su tesoro, aun asi Alfonso se avalanzo e inicio un forcejeo con el mendigo.
-Vamos maldito viejo, que tienes alli?...sueltalo, sueltalo o te clavo el cuchillo.
La lucha demoro unos cuantos minutos, mientras Alfonso tiraba de la caja, y el viejo con la poca fuerza que tenia trataba de no perderla, pero por mas que Alfonso le hablara, aquel anciano no contestaba, solo emitia sonidos, era como si fuera mudo, Alfonso no estaba para perder el tiempo, asi que saco su cuchillo y corto al viejo, haciendo que este soltara la caja, el anciano abrio la boca por el dolor de la herida, y fue cuando Alfonso se dio cuenta porque no hablaba, el tipo no tenia lengua, parecia tener mas de 100 años y lucia muy enfermo.
Al fin, Alfonso logro arrebatarle la caja y salir corriendo, no sin antes mirar hacia atras, y ver como el viejo se arrastraba por el camino siguiendolo, moviendose de manera muy perturbadora.
-Vaya que es persistente, pero que habra en esta caja?
La caja parecia estar cerrada por un candado, al llegar a casa, Alfonso intento abrirla dandole golpes, pero le fue imposible, estaba cansado por el hecho de haber corrido tanto, asi que la dejo en un sillon de su pequeña casa y se acosto a dormir, pensando en abrirla al dia siguiente.
Sin embargo, ya entrada la madrugada, un ruido proveniente de la sala lo desperto repentinamente, Alfonso fue corriendo hacia el lugar con su mejor amigo en la mano, solo para mirar perplejo como el viejo habia llegado hasta su casa, y ya estaba casi saliendo de la misma, arrastrandose con la caja en mano.
-Pero que demonios haces mi casa maldito asqueroso?...no te llevaras esa caja, ahora veo que debe valer mucho.
El anciano se giro con mucha dificultad, y trataba de entregarle un papel a Alfonso, con la intencion de que lo leyera, pero Alfonso cegado por la avaricia, aparto la mano del viejo con un golpe, saco su cuchillo, y luego de varias puñaladas lo asesino.